La posibilidad de importar un auto de forma particular, sin necesidad de pasar por concesionarios ni terminales automotrices, podría estar más cerca para los argentinos. Un reciente anuncio del Gobierno nacional abre la puerta a una desregulación esperada por sectores del mercado automotor, aunque aún falta la reglamentación técnica que determine cómo se aplicará en la práctica.
El nuevo régimen de importación personal de autos
La medida fue anunciada por el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, como parte de un plan más amplio de apertura comercial y simplificación burocrática. Permitirá a cualquier persona importar un vehículo nuevo o usado de manera directa, eliminando intermediarios y licencias previas.
El esquema parte de una premisa clara: si un auto circula legalmente en Europa o Estados Unidos, podrá hacerlo también en Argentina. En palabras del ministro, la idea es reemplazar la antigua licencia de importación por un trámite similar a una VTV, que valide las condiciones técnicas del vehículo.
Además, el Gobierno habilitó la importación de vehículos de trabajo usados, como camiones y maquinaria pesada, lo que generó expectativas en sectores productivos como el petrolero o el minero.
Costos estimados para quienes importen por su cuenta
Uno de los aspectos más consultados por los usuarios es el costo total que implica traer un auto desde el exterior bajo este nuevo esquema. Si bien hay una promesa de simplificación, el ahorro no siempre es significativo.
A continuación, se detallan los componentes principales del costo total:
Concepto | Monto estimado |
---|---|
Precio FOB (vehículo base) | USD 15.000 |
Flete y seguro | USD 2.500 |
Arancel de importación (35%) | USD 6.125 |
Tasa estadística (3%) | USD 525 |
Logística local | USD 1.000 |
Impuestos varios (IVA, Ingresos Brutos, etc.) | USD 6.000 a USD 7.000 |
Valor final aproximado: entre USD 40.000 y USD 45.000, para un vehículo con precio de base de USD 15.000.
En el caso de modelos híbridos o eléctricos que entren dentro del cupo de 50.000 unidades sin arancel, el precio puede bajar a unos USD 36.000. Sin embargo, existen obstáculos:
- Las fábricas no venden directamente a particulares, por lo que hay que recurrir a concesionarios en el país de origen.
- El flete y seguro son más caros cuando se importa una sola unidad.
- Algunos ítems del proceso, como la logística local y la documentación técnica, no se eliminan.
Una reforma que aún necesita reglamentación
Aunque el anuncio político ya fue realizado, el nuevo sistema aún no puede aplicarse hasta que se publique la reglamentación técnica. Esta deberá ser emitida por la Secretaría de Industria y Comercio, y establecerá las condiciones concretas para la importación particular.
En la actualidad, importar un auto en forma legal requiere cumplir con dos trámites principales:
- LCM (Licencia de Configuración de Modelo), que otorga el INTI.
- LCA (Licencia de Configuración Ambiental), a cargo de la Subsecretaría de Ambiente.
Este proceso es costoso y lento, y hasta ahora sólo era viable para empresas automotrices o importadores oficiales.
La reforma propuesta por Sturzenegger crearía el Certificado de Seguridad Vehicular (CSV), que reemplazaría a la LCM. Este nuevo certificado permitiría validar automáticamente vehículos que ya estén aprobados en mercados como Europa o Estados Unidos.
Aspectos técnicos y legales a tener en cuenta
Más allá del precio y el acceso, los particulares interesados en importar un auto deben prestar atención a varias cuestiones técnicas que pueden afectar la legalidad y el funcionamiento del vehículo en el país:
- Adaptación del vehículo al combustible y a las rutas locales.
- Normas de emisión vigentes (Argentina aplica Euro 5).
- Compatibilidad con condiciones climáticas y mecánicas del país.
- Garantía limitada o nula si el modelo no se vende localmente.
La nueva normativa también propone un sistema de homologación abierta, que permitirá acceder a las especificaciones técnicas de los modelos comercializados en Argentina. Para modelos que no estén presentes en el país, el usuario deberá conseguir documentación directamente del fabricante o del concesionario en el país de origen, acreditando que el vehículo cumple con las normas internacionales aceptadas por Argentina.
Vehículos usados y repuestos: riesgos adicionales
También se evalúa la ampliación del régimen para importar autos usados, lo que podría atraer a quienes buscan modelos no disponibles en Argentina. Sin embargo, esto trae desafíos extra:
- Disponibilidad limitada de repuestos en caso de averías o siniestros.
- Costos elevados en seguros, ya que muchas aseguradoras sólo ofrecen cobertura contra terceros.
- Largos tiempos de espera para reparar o reemplazar piezas importadas.
En el caso de vehículos de trabajo, como camiones o maquinaria para minería y petróleo, la medida podría permitir una reducción de hasta 40% en los costos operativos, según operadores del sector.
El proceso sigue pendiente de implementación
Aunque el decreto 196/2025 ya incorpora esta reforma dentro de la Ley Nacional de Tránsito, la implementación concreta está demorada. Desde el Ministerio de Desregulación afirmaron que la reglamentación técnica estará lista en “dos semanas”, pero esa promesa se viene postergando desde hace más de un mes.
Mientras tanto, los particulares interesados sólo tienen dos opciones: esperar la nueva normativa, o gestionar el proceso bajo el esquema tradicional, con todos sus costos y requisitos actuales.