En Tandil un geriátrico implementó una original idea para que los adultos mayores puedan abrazar a sus familiares

Francisco Díaz

Distanciamiento social fue el primer pedido que las autoridades formularon para poder frenar con los picos de contagios de coronavirus (Covid-19). Distanciamiento que derivó en aislamiento, y eso fue aún peor para los afectos, porque no solo no se puede tener contacto sino que ni siquiera podemos vernos con nuestros seres queridos.

En muchas partes del planeta estamos acostumbrados a dar y recibir abrazos, algo que nos fue arrebatado de la noche a la mañana para tratar de controlar la epidemia.

Esta normativa ha comenzado a preocupar a las autoridades de los geriátricos habida cuenta que abrazar a nuestros adultos mayores, tocar su mano, besarles en la mejilla les hará sentirse a sí mismos, sentirse queridos, recibir sensaciones placenteras que les ayude a comunicarse con nosotros, a tener un mejor estado de ánimo y recuperarse con energía y ganas de vivir de aquellos padecimientos que los aquejen.

Ello fue advertido por los titulares del hogar Reminiscencias, de la ciudad bonaerense de Tandil, quienes al ver a los residentes cada vez más tristes, llegando algunos incluso a no querer comer por no poder ver a sus hijos, nietos o sobrinos, exploraron algo novedoso, que les cambió la realidad notablemente.

Luego de buscar una alternativa al encuentro personal y estrecho, hallaron por internet una solución que les ha dado excelentes resultados.

Se trata de una manga, colocada en la puerta de entrada, mediante la cual los familiares pueden abrazar a los adultos mayores sin entrar en contacto directo con ellos y por lo tanto, sin ponerlos en riesgo.

“Uno de los problemas que tenemos hoy, que calculo que lo deben tener todos, es que ya vamos casi para tres meses de todo esto y los abuelos cada vez están extrañando más. Había una abuela de 101 años que nos decía ‘díganme la verdad, que le pasó a mi sobrino, se murió’, contó Analía Soulié al diario local El Eco.

Y agregó que “al ver ellos que hay gente afuera y autos que pasan, pensaban que les estábamos mintiendo, y cada vez el humor estaba peor en las últimas semanas. Tratábamos nosotros de hacer de payasos, de hacerles gimnasia, de entretenerlos, pero ya el último tiempo no querían nada de eso”, explicó.

A su vez, señaló que “la tecnología para ellos es algo muy lejano. Hay abuelas acá de 102 años, de 98, de 80, es gente muy grande, entonces no comprenden la tecnología. No entienden que en un teléfono se pueda ver a la persona, a la edad que tienen van perdiendo la vista y el oído, entonces no reconocían las voces de sus familiares por teléfono, por ejemplo”.

“A medida que iba pasando esto, vi que una abuela ya no comía, hacía dos días que se negaba a comer, entonces le pregunté qué le pasaba y me dijo que extrañaba a su hija, entonces se me ocurrió esta idea”, indicó.

En tanto, explicó que “lo estuve estudiando. Durante dos días con el chico de mantenimiento estuvimos sacando medidas, y lo pudimos poner el sábado, y los abuelos están felices. Se llaman mangas, las vi en internet, se están usando mucho en los geriátricos de España, y en otros lados, pero acá todavía no había ni en Buenos Aires”.

Se trata de un marco que está en la puerta y tiene doble el impermeable para que no entre absolutamente nada de aire y las mangas tienen doble bolsa. Son mangas cocidas y pegadas y con otro plástico más como para que sea imposible que pueda entrar algo de aire, afirmó la propietaria del geriátrico tandilense. “La abuela que no comía, al otro día de abrazar a su hija me pedía que le cortara el pelo porque la hija iba a venir a verla” agregó.

De tal modo, diariamente se organizan en el horario de 11 a 12 y de 17.30 a 19.30 para ir por turnos a visitar a los abuelos y poder darles el deseado abrazo.

Soulié destacó que está dispuesta a mostrar la iniciativa para que puedan implementarla en otros geriátricos, resaltando “está bueno que lo hagan también otros hogares que tengan la posibilidad que tienen mis abuelos de un abrazo, una agarrada de manos, y estoy dispuesta a invitar a los que quieran y que lo aprovechen porque está muy bueno”.

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