El empresario detenido en Pinamar tenía antecedentes por trata de personas, drogas, violencia y exhibicionismo

Francisco Díaz

El empresario gastronómico y jugador de rugby amateur que fue detenido en las últimas horas acusado de abusar sexualmente de una de sus empleadas en Pinamar, se negó a declarar ayer ante el fiscal de la causa y seguirá preso. Tras su detención, se supo además que este no fue su primer enfrentamiento con la ley sino que ya tenía antecedentes por trata de personas y exhibicionismo, entre otros delitos.

Se trata de Claudio Alberto Tinari, de 44 años, quien había contratado a varios jóvenes, muchos de ellos del interior del país y de la provincia de Buenos Aires, para trabajar en el local gastronómico que concesionaba en el balneario Botavara, ubicado sobre la avenida Costanera y el cruce con la calle Poseidón.

Una fuente cercana a la causa precisó a Télam que el imputado había alquilado, en los primeros días de la temporada, varias habitaciones en el Hotel Trinidad para alojar a sus empleados, pero después reservó una casa para que pudieran vivir allí durante los meses de enero y febrero. Una de las jóvenes, la que había contratado como camarera, fue quien denunció que el 22 de diciembre fue violada por Tinari en una de las habitaciones de ese hotel.

La víctima presentó la denuncia después en la Comisaría de la Mujer de Pinamar, el 6 de enero, luego de que otra compañera suya también presentara una denuncia contra Tinari pero por “explotación sexual”. La acusación derivó en un allanamiento ordenado por el fiscal Juan Pablo Calderón en la casa que albergaba a los empleados, durante el cual Tinari fue detenido.

En tanto, el hombre tiene otra causa que investiga la denuncia presentada por otra de sus empleadas, quien dijo que Tinari le ofreció dinero a cambio de tener sexo con clientes del balneario.

Esta denuncia, por la que el empresario no estaba detenido, quedó a cargo del fiscal de General Madariaga Walter Mercuri, quien caratuló al expediente como “tentativa de explotación del ejercicio económico de la prostitución y trata laboral”, aunque de confirmarse esta última acusación, la investigación pasará al fuero federal. “Tinari encerraba a sus empleados y se llevaba la llave”, confirmó Diego Escoda, Fiscal General de Dolores.

Tras dos allanamientos ordenados por el fiscal Mercuri se incautaron dos computadoras, un celular y varias hojas de un cuadernillo con registros y constancias de puño y letra de la situación laboral de empleados, además de documentación de interés para la causa.

A su vez, testigos declararon que el imputado también ejercía violencia de género sobre su pareja, a quien amenazó varias veces de echarla del balneario, y era habitual verlo drogado o alcoholizado.

Por otra parte, fuentes judiciales aseguraron que Tinari tiene una pena de 8 años de prisión en suspenso por el delito de “exhibiciones obscenas agravadas y daños”, otorgada por el Departamento Judicial de Morón.

En esa causa, el hombre fue juzgado luego de haber sido descubierto mostrando sus genitales en la puerta de un jardín de infantes de esa localidad del oeste del conurbano bonaerense.

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