La Asociación de Psicólogos de Dolores emitió un comunicado en relación a la desvinculación de la Licenciada Sepero del Hospital “San Roque” de tal ciudad.
De tal modo, consigna lo siguiente:
“La Asociación de Psicólogos de Dolores expresa su solidaridad con la Lic. Fernanda Sepero, quien desde 2.016 y hasta el pasado mes de octubre se desempeñó como integrante del equipo de salud mental del Hospital Municipal San Roque.
El día viernes 1 de noviembre la Lic. Sepero fue anoticiada, a través de una de sus compañeras de equipo, que su contrato no sería renovado; dándose por finalizada abruptamente su labor en dicha institución. No recibió con posterioridad explicación alguna que pudiera justificar la decisión de prescindir de sus servicios. Cabe aclarar que tampoco fue avisada con anterioridad, negándole así la posibilidad de reorganizarse laboral y económicamente en vistas a esta situación; y vulnerando a su vez el derecho de sus pacientes a darle un cierre a sus tratamientos psicoterapéuticos.
Ante tal situación, y como institución que apunta a tender redes que ofrezcan algún tipo de sostén entre los profesionales psicólogos, no podemos más que ofrecer nuestro respaldo a la Lic. Sepero; quien se ha desempeñado profesionalmente a lo largo de este tiempo con total responsabilidad, compromiso y respeto tanto hacia sus colegas como hacia sus pacientes.
Consideramos válida esta oportunidad para recordar que no es esta la primera vez que profesionales del área son despedidos sin motivo alguno. Así mismo, es propicio mencionar que nuestros colegas se encuentran (y se han encontrado históricamente) desempeñando su labor de modo precarizado en calidad de empleados contratados, es decir, cada tres meses renuevan ante el Municipio el contrato que enmarca su actividad laboral. Esto impide de modo directo que puedan reclamar algún tipo de resarcimiento ante los despidos, y vulnera a su vez el acceso a todo otro derecho con el que cualquier trabajador cuenta (acceso a una obra social; aportes jubilatorios; vacaciones pagas, entre otros); además de obligarlos a trabajar en un clima altamente inestable.
Debemos agregar que a lo precedente se suman otras carencias que dificultan enormemente la labor de nuestros colegas, quienes con esfuerzo y dedicación tratan de compensar los obstáculos que diariamente atraviesan. Entre ellas, y de modo acotado, pueden mencionarse:
- Falta de guardias de salud mental que permitan atender las urgencias al instante.
- Carencia de personal específicamente capacitado para acompañar a pacientes internados por motivos de salud mental.
- Falta de un presupuesto disponible para la compra de materiales de trabajo.
- Escasez de programas de prevención y de abordaje comunitario que permitan filtrar y reducir la demanda que llega al Hospital en busca de atención, lo cual incrementa las listas de espera y supera las posibilidades de dar respuesta por parte del equipo. Ensalzamos la importancia de este último punto en los tiempos que corren, dado que en momentos de crisis económica resulta esperable que aumente la cantidad de gente que no puede afrontar los costos de una consulta en el ámbito privado y recurre al ámbito de la salud pública
Es en función de todo esto que comprendemos que el evento acontecido con la Lic. Sepero no sucede de modo aislado, sino que se enmarca en un determinado contexto cuyas características atropellan los derechos laborales de nuestros colegas y obstaculizan que nuestra población pueda encontrar respuestas a sus demandas y necesidades en el ámbito de la salud comunitaria.”
