Desde Neuquén, una gendarme ayudó a una familia que viajaba a pie desde Mar del Plata a Formosa

Francisco Díaz

En medio de la pandemia, los integrantes de una familia formoseña volvían caminando desde Mar del Plata, donde habían quedado varados por la cancelación de la construcción en la que trabajaban por la pandemia de coronavirus, hacia Formosa. Más de 320 horas hubieran tenido que caminar, de no ser por la Gendarme, Angélica González quien se encuentra realizando servicios en la ciudad neuquina de Aluminé y que conmovida por la situación les pagó el retorno en taxi.

“Me enteré del caso por las informaciones periodísticas y sentí que tenía que hacer algo al respecto”, admitió la Cabo en una entrevista con radio Centinela. Para ese entonces la familia ya llevaba varios días caminando, unos 60 kilómetros aproximadamente y empezaban a sentir en sus cuerpos el cansancio, las ampollas pero, más que nada el hambre.

Padre, hija y yerno habían viajado desde Formosa hacia Mar del Plata el pasado febrero para buscar una mejor situación laboral que les permitiera salir de su delicado estado económico. La construcción, a lo que se habían dedicado toda su vida, era la salida. Sin embargo, la pandemia explotó en medio de su plan y quedaron a la deriva. Fueron desalojados por no poder pagar el alquiler y llevaban días viviendo en un terreno baldío cuando tomaron la decisión de volver a Formosa a pie.

“La situación era bastante mala, no solo llevaban varios días caminando, sino que nadie hacía nada al respecto”, se lamentó la mujer que falló en el primer intento de ayudar a la familia. “Yo me comuniqué con ellos y les pedí el CBU para hacerles un depósito y que al menos algo puedan comer. Pero no tenían tarjetas”, contó.

Es por eso que la mujer solicitó a la familia que busque un control policial y se pongan en contacto con ella. De esa forma, Angélica podría depositar el dinero en la cuenta de un Policía y ayudar a la familia varada. Sin embargo, la comida no solucionaría del todo el problema de fondo. Aún quedaban casi 1500 kilómetros para hacer a pie.

Desde la Policía los llevaron nuevamente a Mar del Plata, donde sería más fácil encontrar alguna forma de traslado. “Me aseguré de que primero puedan volver a Mar del Plata y desde ahí yo me iba a encargar de contactar a alguien que viaje hasta Formosa”, detalló Angélica al diario web El Territorio. Sin embargo, en plena situación de cuarentena, con los principales accesos interprovinciales intervenidos, no fue una posibilidad.

Pagar un taxi de Mar del Plata a Formosa era la opción más loca, pero la más real. Sin colectivos ni viajeros, los precios desorbitantes de los taxistas eran la única alternativa. Sin embargo, la mujer no contaba con semejante cantidad de dinero. Para llegar a la suma, subastó un cuadro pintado por ella misma con la intención de pagar el viaje de regreso de la familia.

“Felizmente ya están en sus casas”, añadió la mujer que eligió el anonimato para realizar su acción. “La familia no sabía quién era yo, pero la esposa del taxista tenía mis datos y comenzó a realizar las publicaciones para agradecerme. Así se comenzó a conocer la historia”, comentó en referencia a los mensajes de gente conocida que le llegan a su celular. “Gracias a Dios lo que me enseñó mi papá son estos valores, que los tengo siempre presentes, ayudar a los demás siempre que podamos”, contó la mujer.

“Cuando vi el caso me emocioné. No podía no hacer nada y tampoco podía entender como nadie hacía nada al respecto”. Además, la mujer llamó a la comunidad a la reflexión: “Es momento de tomar conciencia y entender que no se puede dejar a las personas a la deriva. Mucho menos en una pandemia”.

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