De película: un empresario llevaba en el baúl a un exsoldado ucraniano que entró ilegalmente a la Argentina

Francisco Díaz

La Justicia Federal de Entre Ríos inició una investigación sobre un episodio sacado de una película. Los protagonistas son un empresario santafesino y un supuesto exmilitar ucraniano. Ambos fueron demorados por violar la cuarentena cerca del límite de la provincia con Corrientes, pero lo más llamativo es que el último iba escondido en el baúl del auto.

Todo comenzó durante un control de rutina en Paso Telégrafo, una pequeña localidad ubicada a más de 200 kilómetros al norte de Paraná. Allí la policía obligó al conductor de un Chevrolet Corsa a detener la marcha sobre la Ruta Nacional 12. Juan José Clucellas entregó los papeles del vehículo mientras regresaba de un complejo de cabañas ubicado en Itá Ibaté, pero la escena dio un giro extraño cuando los uniformados quisieron profundizar la inspección.

“Les dije que llevaba un ciervo“, admitió el hombre de 46 años cuando prestó declaración para reconstruir el hecho. Sin embargo, quien iba oculto en la parte trasera era un europeo de 1,90 metros de altura y alrededor de 150 kilos.

Fuentes consultadas por Aire de Santa Fe detallaron que el sujeto presentó documentación en la que se lo identificaba como Viktor Melnyk, aunque eso aún es materia de investigación judicial.

El ucraniano se bajó mientras el automovilista estaba tirado en el piso y se puso a disposición de los policías. Más tarde los sorprendió al hablar en español fluido y contar una historia tan detallada como inverosímil. Durante el procedimiento le secuestraron un permiso de residencia del Gobierno español otorgado hace menos de dos meses. También tenía una licencia de conducir e identificación como miembro de los Reales Tercios, una organización paramilitar de ese país.

Melnyk se presentó como un empresario y aseveró que iba hacia Rosario. Al respecto apuntó que su pareja tiene domicilio en Avenida Francia 1448. Clucellas dijo que se lo cruzó mientras hacía dedo para ir hacia el sur y que lo convenció del plan para evitar los controles cuando le explicó que su mujer estaba por dar a luz y había roto bolsa.

En el marco de la pesquisa, el empresario dueño de la armería La Escondida blanqueó que tiene relación estrecha con varios integrantes de la policía entrerriana. “Llamé a un amigo y le dije que avise que iba a pasar”, recordó. Sin embargo, el teléfono descompuesto le jugó una mala pasada y reveló a un personaje con un pasado difuso, quien admitió que cruzó la frontera argentina de manera ilegal desde Paraguay.

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