Estremecedor relato de la mamá de la nena que mató a su hermanito: “Tenía un amigo imaginario”

Ignacio Hernández

Los especialistas me decían que la veían normal, pero yo notaba conductas extrañas”, contó Roxana -la mamá de la adolescente de 13 años que mató de doce puñaladas a su hermanito- en un desgarrador relato al canal TN.

Roxana busca explicaciones y no las encuentra. Habla y su voz se entrecorta. Vuelve a llorar y piensa que nunca habrá lágrimas suficientes. El lunes, en la localidad de Arroyo Seco, su hija de 13 años mató a cuchillazos a su hermanito de 5.

Los primeros detalles que surgen del expediente señalan que la joven sufrió una “crisis impulsiva” vinculada con un posible trastorno en su salud mental. Es la única hipótesis de un crimen horroroso y absurdo.

Varias veces la llevé a psicólogos, psiquiatras y neurólogos”, cuenta la mamá, de 32 años, “Las consultas duraban 5 o 10 minutos. Así como íbamos, nos volvíamos. La hacían mirar para arriba y para abajo. Le pedían que levantara el pie. ‘Yo la veo normal’, me decían. Pero en mi casa yo veía cosas en ella que no eran normales”.

Y agregó “Mi hija muchas veces tenía la mirada perdida. Le hablaba y no me contestaba. Se enojaba y no entendía por qué. Todo el año así”, describe Roxana. Cuando la llevaba a los profesionales “Me decían que no podían medicarla porque no veían nada extraño, pero para mí todo era extraño”, asegura la madre.

Las docentes y preceptoras de la Escuela donde asistía la adolescente, le comentaban a Roxana que su hija se distraía con facilidad. “Lo peor eran las veces que no quería entrar a clases. Entonces yo tenía que ir, acompañarla y convencerla. Ahí también notaba algo raro en ella, pero no sabía cómo manejarlo. 

El día del crimen

La adolescente y su hermanito nunca se quedaban solos en casa. Sin embargo, el lunes pasado esa rutina se vio interrumpida. A las 19.25, Roxana tuvo que asistir a una clase. Al llegar al instituto, revisó el celular y leyó un mensaje de WhatsApp enviado por su hija:

-Mamá, lo maté.

Roxana pensó que se trataba de una broma, pero esa percepción inicial no logró sortear su incomodidad. Y respondió.

-Hija, dale. No me gustan esas bromas.

C. volvió a escribir.

-Mamá, lo maté. Lo maté de verdad.

Roxana, entonces, la llamó. “Le pedí que no dijera pavadas, y me volvió a decir que lo había matado. Me lo repitió tantas veces que ahí imaginé que había pasado algo malo de verdad. Corté y le pedí a una compañera de curso que me llevara urgente”, detalla.

“Cuando llegué mi hija no me quería abrir la puerta. Luego de varios minutos pude entrar y no puedo describir lo que vi. Tras una pausa que dura varios segundos, retoma: “Mi hijo tirado en el piso, boca abajo, lleno de sangre. Mi hija sentada en una silla a su lado, como si nada”.

La adolescente fue trasladada al Hospital Provincial de Rosario, donde se encuentra internada bajo sedación. El Juzgado de Menores N°2, a cargo de Estanislao Surraco, ordenó que la joven sea tratada por los equipos interdisciplinarios de profesionales de la Dirección Provincial de Salud Mental y la Dirección de Promoción de los Derechos de la Niñez, Adolescencia y Familia. Es inimputable.

Ella últimamente me decía que tenía un amigo imaginario. Yo le respondía: ‘Dale, ya tenés 13 años. Estás grande para eso’. Y ella me insistía. Decía que hablaba con él y todo”, cuenta la mamá, y revela que la psicóloga que atendía a su hija todos los miércoles “todavía no me llamó”.

ETIQUETAS ,
Compartir este artículo