Las elecciones del domingo 27 próximo pasado pusieron en alerta máxima a la Unión Cívica Radical de Castelli y es que el 34% obtenido configura el porcentaje mas bajo desde el año 83 para una elección a Intendente.
Nunca, juntando a toda la dirigencia radical se había obtenido un porcentaje tan bajo. A pesar de las divisiones de otros tiempos, donde Larraza se movió hacia el kirchnerismo, el porcentaje de votos de origen radical era mucho mas amplio si se sumaban todas las partes con raíz en el centenario partido.
El pasado 27 del corriente, gran parte de la dirigencia radical que fue candidata a los principales cargos en los últimos 20 años se juntaron para enfrentar a Echarren y a diferencia de 2015 y 2017 el resultado fue estrepitoso.
Muchos afiliados boinas blancas responsabilizan de este resultado a la actitud que tuvieron los responsables del partido al cerrar el Comité a las familias de siempre y postular como Jefe Comunal a un candidato que ya lo había sido en 1.987.
“Hace falta sangre nueva; gente joven con ideas innovadoras y no la misma gente que llevó a perder el municipio en manos del PJ en 2011. Hay que hacer una autocrítica muy profunda y quienes tienen que dar un paso al costado deberán darlo por el bien del partido” señalaron adeptos al radicalismo castellense.
El futuro cercano anticipa pelea por el Comité radical, Analía Beitia y Luis Bruno se preparan para plantear internas y quedarse con la conducción partidaria.
Echarren, por su parte, cosechó un histórico 66% y queda bien parado hacia adelante, en el camino de asegurar su sucesión.
