¿Bienvenides o bienvenidos?: Con las clases regresa el debate por el lenguaje inclusivo en el aula

Francisco Díaz

Con el reinicio del ciclo lectivo, se reeditan por estas horas en los colegios las discusiones por el uso del lenguaje inclusivo tanto hacia adentro como hacia afuera de la comunidad educativa: ¿el cartel debe decir “bienvenides” o “bienvenidos”? ¿Los estudiantes de último año pueden tener escrito “egresades” o solamente “egresados” en las espaldas de sus camperas de friza?

Dado que las mayores tensiones se producen con los docentes y estudiantes que se animan a usar el lenguaje inclusivo de género a riesgo de ser cuestionados y acusados tanto por padres como por autoridades educativas, una diputada nacional presentó un proyecto para que se garantice el derecho a la utilización de esta forma de expresarse en todos los ámbitos pero sobre todo en las escuelas. La editorial Chirimbote acaba de iniciar una campaña en redes con ese mismo objetivo.

Según la Unesco, el lenguaje inclusivo de género es aquel que “no discrimina a un sexo, género social o identidad de género en particular”. Una de las formas en que esto se consigue es duplicar las formas lexicales para referirse a personas humanas en masculino y femenino –”chicas y chicos”, por ejemplo- o a través de formas nominales no binarias –niñes, niñxs o niñ@s”, por ejemplo-

En atención a toda esta situación, la editorial infantil “Chirimbote” acaba de lanzar la campaña “Lenguaje inclusivo en el aula: una cuestión de derechos” con una serie de flyers y un texto alusivo. Plantea que, si bien “su uso NO es una obligación”, la posibilidad de optar voluntariamente por esta forma de expresarse “es un derecho que protege a las infancias y adolescencias”, porque es una garantía de “respeto y libre expresión”

“Ya no podemos decirles “bienvenidOs”, como hacíamos antes, en primer lugar porque el masculino genérico excluye a las niñas, que muchas veces se lo hacen saber a sus docentes. Y hay quienes se animaron a desdoblar el género en “bienvenidas y bienvenidos“. Es un primer gran paso, fundamental, para cuestionar el machismo en el habla”, dijeron.

“Pero no todo/as lo/as estudiantes se sienten parte: incluso hay un DNI “no binario” que ya es un derecho. Por eso es muy importante tomar en cuenta el sentir de las infancias y adolescencias. Preguntar “¿cómo te gustaría que te nombren?” Es simple, cálido y pone el protagonismo en les estudiantes”, continuaron.

Y si bien leyes nacionales como las de Identidad de Género y ESI sirven de sustento para el uso del lenguaje inclusivo, “hay diferentes grados de tolerancia según la zona y cada provincia y las resistencias son particularmente fuertes en las escuelas privadas.

“Si sos docente y usás el lenguaje inclusivo, nadie te puede impedir usarlo porque te amparan las leyes mencionadas. Si igual hay problemas en tu escuela… ¡tejamos redes para sostener derechos!¡Que el aula sea siempre, pero siempre, un lugar en el que quepan todes!”, concluyeron.

¿Será éste el año lectivo del desembarco definitivo del lenguaje inclusivo en las escuelas?

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