Argentina vuelve a ubicarse en el Top 10 del Índice de Miseria global

Sofía Martínez

Argentina vuelve a aparecer en el “Top 10” del ranking mundial de Miseria (2020). Allí también aparecen Venezuela en primer lugar y se comparte con un lote de países afectados por graves conflictos bélicos y civiles.

¿Cómo se mide el índice de miseria?

El Índice de Miseria se obtiene de sumar las tasas de desempleo, de interés activa (préstamos) y de inflación minorista. Además resta la variación del PBI por habitante de cada país.

Nuevamente Venezuela encabeza el ranking, mientras que Argentina se ubica en el séptimo lugar, porque el listado se amplió de 95 a 156 países. Así, la Argentina fue “relegada” por Zimbabue, Sudán, Líbano, Surinam y Libia, pero quedó dentro del Top 10, por delante de Irán, Angola y Madagascar.

¿Qué datos derivan en esta posición?

Esta posición de nuestro país deriva principalmente de su tasa de inflación, que a su vez implica una alta tasa nominal de interés, a las que se agregan elevados desempleo y caída del PBI.

El economista Steve Hanke, de la Universidad Johns Hopkins, indicó que los datos recopilados para la Argentina son:

  • Desempleo: 11,8%
  • Inflación: 44% (tasa anualizada de fines de 2020)
  • Tasa de interés: 29,4% (anual)
  • Caída del PBI: 37% (anual)

El valor resultante es de 95 puntos, es igual al que surgiría de sumar tasa de desempleo del 11%, inflación del 36% y tasa de interés del 37% anual, más caída del PBI por habitante del 11%, más en línea con los datos oficiales del Indec.

¿De qué se trata el Índice de Miseria?

El “Índice de Miseria” funciona para describir situaciones extremas y castiga en particular a los países de alta inflación. También deja a las claras que se trata de un indicador coyuntural, no estructural.

De allí que se tome la tasa de desempleo y no la de pobreza, la variación del PBI y no la competitividad o solidez de una economía, la tasa de interés y no el grado de bancarización, y deje de lado los indicadores de Salud y Educación, que sí cubren, el Índice de Desarrollo Humano de la ONU o los informes de competitividad del Banco Mundial y el Foro de Davos.

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