Quiénes son, cuándo se conocieron y de qué trabajaban las acusadas de torturar, abusar y matar a Lucio Dupuy

Hernán Martin

Magdalena Espósito Valenti y Abigail Páez se conocieron en el 2018 y, desde el 2020, vivían juntas, desarrollando un emprendimiento de repostería.

La casa del horror

Las mujeres vivían en la calle Allan Kardec al 2300, en Santa Rosa, La Pampa, donde Lucio Dupuy fue golpeado, torturado y abusado hasta el 2020, donde recibió la brutal paliza que le provocó la muerte.

Valenti, la mamá del niño, es oriunda de General Pico (la segunda ciudad pampeana más importante, a 100 km de Santa Rosa), donde cursó la escuela primaria en el colegio Don Eduardo de Chapeaurouge. No terminó la secundario.

La mujer es fanática de “Las Pastillas del Abuelo” y fue moza del hotel Mercure de Santa Rosa.

Páez es hincha de Boca, jugaba al fútbol, tiene tres hermanos y es muy cercana a su madre y a su tía.

Ambas mujeres se definían como feministas, razón por la cual hubo personas que responsabilizan a este movimiento del homicidio.

“Odio de género” es una figura que busca sumar al fallo del Tribunal de Audiencias de Santa Rosa Mario Aguerrido, el abogado de la familia de la víctima.

Doble mensaje

Páez escribia textos donde apuntaba contra el padre de Lucio, dando a entender que no se ocupaba del niño: “No tengan hijos si realmente no lo desean o no lo planean como una gran meta o como lo más importante en sus vidas. No traigan pibes al mundo para sufrir”.

Por su parte, Valenti escribió: “Nunca permitas que nadie te diga que no podés ser feliz”.

Cuando un médico constató la muerte de Lucio, el pasado 26 de noviembre de 2021, Páez fue a buscar en moto a su novia al Casino-Club de Santa Rosa, donde trabajaba.

Triste, solitario y final

Las acusadas pueden recibir prisión perpetua por “abuso sexual ultrajante y homicidio calificado de Lucio Dupuy“. Ante este hecho, ambas mujeres presentaron diferentes defensas.

Páez declaró: “No sé realmente lo que pasó, tengo muchas lagunas en la cabeza, y si no conté detalles es porque estoy muy traumada. Sé que él (por Lucio) me perdonó. Ojalá yo me pueda perdonar”.

Por su parte, Valenti se justificó por no llorar: “A muchos les parecerá mal que no esté llorando. A Lucio lo lloro en privado, me parece más humano que hacerlo delante de personas que no me conocen a mí, ni conocieron a Lucio”.

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