A las 20:54 del 31 de agosto de 1999, el B737 con destino a Córdoba, intentó despegar del Aeroparque Jorge Newbery el vuelo 3142 de LAPA, pero por una falla humana y una cadena de negligencia, se estrelló. Dejó un saldo de 65 muertos y decenas de heridos.
La directa autoria del piloto y copiloto que, por no seguir con los procedimientos correspondientes, olvidaron realizar la configuración de despegue. Fue la mayor catástrofe aérea ocurrida en suelo argentino.
La alarma sonó por 52 segundos, no se mostró preocupación alguna. Segundos después, el avión, aún en tierra, se incendió, alcanzó una velocidad de 200 kilómetros, se descontroló hasta arrancar la reja del aeroparque y se desintegró en el área del campo de golf.
“Es muy triste recordarlo. Lo de LAPA no fue un accidente, fue la consecuencia directa de un desmanejo brutal, un mantenimiento que era una estafa“, aseguró el ex piloto de LAPA y director de cine Enrique Piñeyro.
El Tribunal Oral Federal 4, solo condenó a dos empleados de la empresa, a tres años de prisión en suspenso. El dueño de LAPA falleció en el año 2004, al caer con su avioneta en un Country.
Hoy sobrevivientes y familiares, con dolor, bronca e indignación, aún piden justicia.
