En los últimos días ha resurgido en Facebook una suerte de declaración pública sobre la propiedad intelectual de las fotos y toda la información que alguno de los contactos ha copiado y pegado en su muro.
En pocas palabras, la misiva pretende dejar en claro que lo que se publica en el perfil en cuestión le pertenece a su autor y que no otorga a la red social ningún derecho para usarlo comercialmente.
Tal “declaración”,no tiene validez legal en absoluto y por ende copiarla o no es exactamente lo mismo.
Aunque se publique o no se publique esta declaración (sea una o diez veces), de todas maneras se está dando acuerdo tácito para que Facebook utilice las fotos, información de perfil y lo que a cada uno se le ocurra poner allí, a partir del momento en que se crea un perfil y se le da “aceptar” a las condiciones de uso.
Y esas condiciones de uso no son solamente eso. Puesto que aceptarlas es condición para crear una cuenta en Facebook y lo que se está acordando es el cumplimiento de un contrato electrónico de adhesión, donde una parte es Facebook y otra el usuario que se adhiere a sus condiciones.
No cabe negociación ni mucho menos, como se pretende, cambiar de forma unilateral, sin comunicación fehaciente y sin consentimiento de la otra parte, de esas condiciones.
No solamente eso. De acuerdo a una interpretación bastante llana de las Condiciones del servicio de Facebook, la red social podría asumir que si se pega o se comparte ese texto, se está inclumpliendo una de las normas relativas a seguridad.