Un día como hoy, hace 55 años flameaba en Malvinas la Bandera que se exhibe en el Municipio de Lezama

Francisco Díaz

En la fecha se cumplen 55 años de la “Operación Cóndor” y se recordó que la única Bandera argentina que en aquella oportunidad flameó en Malvinas durante 36 horas, se exhibe en la “Sala de la Autonomía” de la Municipalidad de Lezama.

Tal bandera fue obsequiada por el líder de los “Cóndores”, Dardo Cabo en agradecimiento por la financiación del operativo “Cóndor-Malvinas” a César Cao Saravia, cuya viuda, señora Susana Arrechea la entregó al Museo de Lezama en el año 2009, formalizando la cesión el 25 de Mayo de 2010 en adhesión al Bicentenario de nuestro país en un acto efectuado en la hoy Plaza de la Autonomía de Lezama, donde volvió a ondear orgullosa tras mas de cuatro décadas.

En el año 2012, las autoridades del Municipio de Lezama a pedido de la ex Presidente Cristina F. de Kirchner la cedieron en comodato para exhibirla en el Museo del Bicentenario de la Capital Federal donde se halló hasta el año 2016.

En forma conjunta desde la Dirección de Cultura y Relaciones Institucionales del Municipio de Lezama y desde la Dirección del Museo local gestionaron ese año la restitución de dicha Bandera lo cuál se concretó con la presencia de autoridades comunales lezamenses y los excombatientes lezamenses Claudio Paquale y Horacio Luciano.

Recordamos que un día como hoy hace 55 años, un grupo de 18 jóvenes, la mayoría veinteañeros, desvió el vuelo 648 de Aerolíneas Argentinas con destino a Río Gallegos, obligándolo a aterrizar en las islas Malvinas, usando un hipódromo como improvisada pista de aterrizaje. Eran militantes de la Juventud Peronista, de sectores nacionalistas y de organizaciones sindicales.

El “Operativo Cóndor” fue un audaz operativo de alto simbolismo, sobre todo porque se hallaba de visita en el país el príncipe Felipe de Edimburgo, consorte de la reina Isabel II. El grupo apenas pudo enarbolar la bandera argentina y cantar el himno nacional; de inmediato debió parapetarse en el avión, cercado por un comando de isleños armados.

La flamante dictadura argentina de Juan Carlos Onganía los calificó de piratas, pero el evento tuvo una gran repercusión mediática y alta adhesión popular, tal era el objetivo buscado por los protagonistas, que buscaban instalar el tema Malvinas en la agenda pública.

Tras arduas negociaciones entre el gobierno argentino e inglés los dieciocho jóvenes entre 18 y 32 años fueron llevados al penal de Ushuaia y luego juzgados en Tierra del Fuego. Como éste había sido el primer secuestro aéreo y en el país no había jurisprudencia al respecto, las figuras con las que se los condenó fueron privación ilegítima de la libertad, portación de armas de guerra, asociación ilícita, piratería y robo en descampado. Tres años de prisión fue la condena a Cabo, Giovenco y Rodríguez y para el resto nueve meses. Pero las banderas, que en realidad eran siete, fueron consideradas un verdadero tesoro para muchos hasta tal punto que el Museo Histórico Nacional fue pensado como uno de sus destinos.

Tras el cumplimiento de la condena las banderas son devueltas a Cabo y aquella que flameó en suelo malvinense es regalada por éste al empresario metalúrgico César Cao Saravia junto con un documento judicial que acredita tal circunstancia, en agradecimiento al apoyo económico recibido para la realización de la Operación. Por casi 40 años la bandera queda en manos de la familia hasta que su viuda, Susana Arrechea, lezamense de origen, consideró que el Museo de Lezama era el indicado para ser depositario de este emblema patrio que, hoy más que nunca, simboliza la lucha por la reivindicación histórica de los derechos soberanos sobre las Islas Malvinas.

Tal histórica bandera se exhibe al público en el hall principal de la Municipalidad de Lezama

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