Habló la hermana del joven sospechado: “Estoy segura de que los mató mi hermano”

Francisco Díaz

Andrea Medina, hija de Graciela Holsbak y mamá de Alma Monino, dos de las víctimas del triple crimen de Melchor Romero, declaró ante el fiscal Marcelo Martini.

Luego del hallazgo y detención de E. S. –principal sospechoso por los homicidios-, habló ante el titular de la UFI N° 3 de La Plata y aseguró: “Estoy segura de que los mató mi hermano”.

La mujer había prestado testimonio ante la Policía. En esa oportunidad describió al chico de 17 años como “raro y sádico”. En esa línea, también reveló que “maltrataba a los gatitos” que andaban por la casa.

Fue la joven quien descubrió la masacre. El 31 había recibido Año Nuevo junto a su madre, Raúl Bravo, sus dos hijas y la amiga de una de las nenas. Tras la cena, Alma quiso quedarse a dormir con su abuela. En la tarde del 1° de enero, Andrea manifestó su preocupación por no tener noticias de la pequeña e intercambió mensajes con su tía Rosalía.

“‘Tía, no sé nada yo tampoco. No me contesta, no está en línea’, me dijo y le digo que el teléfono de línea sonaba”, contó la hermana de Graciela y la joven le respondió: “Tía, estoy preocupada, no me asustes”. Más tarde fue a la vivienda: “Entró, vio que la madre estaba tirada, dice que vio el cuerpo de Raúl. Metió la mano adentro de una bolsa negra y tocó algo. Salió corriendo”.

Rosalía también mencionó la mala relación entre el adolescente y su padrastro. “Había conflicto entre él y Raúl, anterior, de larga data. Hace unos meses atrás que estaban en problemas. Yo le decía a mi hermana: ‘Andáte a vivir con Raúl, dejá la casa a los chicos. Andá con tu pareja y se feliz’. Era un conflicto entre los tres”, indicó.

A su vez, recordó que hace tiempo su hermana le contó que había entrado a la habitación del chico de manera imprevista y lo vio con un cuchillo. Según su relato, E. S. se enojó, la echó de su cuarto y Graciela quedó preocupada.

Otro de los puntos de discusión era la pensión que tanto el joven y su hermano cobraban tras la muerte de su padre, que trabajaba en Telefónica: la madre administraba los ingresos debido a que eran menores. Cuando el más grande cumplió 18, pasó a manejar ese dinero. Rosalía manifestó que el de 17 solía pelear con su mamá por este tema: “Quería usar la plata para sus cosas, zapatillas, ropa. Pero mi hermana le daba una pequeña suma y él no estaba conforme”.

De todas maneras y a diferencia de su sobrina, a la mujer le cuesta pensar que el adolescente haya sido el autor de los crímenes. “Yo no fui”, dijo el joven ante los investigadores policiales y judiciales que lo entrevistaron. No fue una declaración de carácter oficial para la causa, pero el joven habló, aseguró que vio la sangrienta escena, se asustó y escapó.

Este último martes E. S quedó aprehendido, pero la detención no está firme ya que le defensa puede solicitar una eximición de prisión que deberá ser analizada por la jueza y ante su posible rechazo tiene la posibilidad de ir en queja ante la Cámara de Apelaciones y Garantías de La Plata. El caso quedó encuadrado oficialmente como “Triple homicidio calificado por ensañamiento y alevosía y por el vínculo”.

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