Tres condenados y 14 penitenciarios absueltos por las 33 muertes en la Masacre de Magdalena

Francisco Díaz

El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 5 de La Plata, dio a conocer la sentencia a los 17 agentes del Servicio Penitenciario Bonaerense imputados por su responsabilidad en una de las masacres más graves de la historia del encierro bonaerense: la muerte de 33 detenidos en la Unidad Penal N°28 de Magdalena.

Finalmente, son 3 los imputados condenados y 14 las absoluciones que dictó el tribunal por el incendio ocurrido la noche del 15 de octubre de 2005.

Los condenados son el ex director de la Unidad, Daniel Oscar Tejeda, el entonces jefe de guardia Raimundo Héctor Fernández y el oficial a cargo, Rubén Alejandro Montes de Oca. La sentencia se conocerá el próximo 9 de marzo.

Por su parte, el Tribunal absolvió a Cristian Alberto Núñez, Carlos Augusto Bustos, Mauricio Alejandro Giannobile, Jorge Luis Marti, Gualberto Darío Molina, Maximilano Morcella, Gonzalo Rafael Pérez, María del Rosario Roma, Juan César Romano, Marcos David Sánchez, Juan Emiliano Santamaría, Marcelo Fabricio Valdiviezo, Eduardo Gabriel Villarreal y Juan Eduardo Zaccheo.

La fiscal Budiño había imputado a 15 de los 17 juzgados por el delito de “abandono de persona seguido de lesiones y muerte”, mientras que al director del penal y al ex jefe de seguridad los imputó por “homicidio culposo agravado por la cantidad de víctimas”.

Durante las audiencias del debate declararon ante los jueces Carmen Palacio Arias, Ezequiel Medrano y María Isabel Martiarena unos 400 testigos, entre ellos, dos sobrevivientes de la tragedia: Juan Domingo Blanco Recalde y Angel Eduardo Quintana Ramírez.

El 16 de octubre de 2005, 33 personas privadas de su libertad, y por lo tanto bajo custodia del Estado, murieron asfixiadas y quemadas en el incendio en el pabellón 16 de la Unidad Penal N 28 de Magdalena. El personal del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) había ingresado al pabellón con escopetas con munición antitumulto como respuesta a una discusión entre dos internos. Los agentes dispararon balas de goma a quemarropa, golpearon a los detenidos que se tiraban al piso y lanzaron a los perros contra ellos.

Tras la violenta represión, se inició un foco de incendio en el fondo del pabellón. Los penitenciarios se replegaron y cerraron la puerta con candado: encerraron a los detenidos en un pabellón en llamas, 33 murieron quemados y asfixiados. Las pruebas de la causa hablan de una acción deliberada que impidió que los detenidos pudieran salvar sus vidas.

ETIQUETAS ,
Compartir este artículo