Tras la condena se profundizaron las diferencias entre los rugbiers ¿Se quebró el grupo?

Francisco Díaz

El lunes próximo pasado, los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Dolores, María Claudia Castro, Emiliano Lázzari y Christian Rabaia, condenaron esta semana a perpetua por el crimen de Fernando Báez Sosa a Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Luciano Pertossi, mientras que Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi recibieron una sentencia de 15 años de cárcel, todos ellos acusados de homicidio doblemente agravado por premeditación y alevosía

Tras la lectura del veredicto condenatorio las incógnitas pasan por el futuro de ellos, a dónde los trasladarán y cómo serán distribuidos.

La Justicia debe definir el destino de los condenados, y previo a esa decisión, el Servicio Penitenciario dio sus recomendaciones, que sean enviados a diferentes cárceles y la posibilidad de que Máximo Thomsen sea alojado en soledad, ante las fuertes internas con los otros cuatro condenados a prisión perpetua.

juicio fernando rugbiers

La propuesta del Servicio Penitenciario incluye la recomendación de que los condenados sean alojados en cárceles separadas, lo que está definido, y es costumbre para las bandas delictivas, cuyos integrantes no están juntos en los penales para dispersarlos. Se prevé que con los rugbiers no haya una excepción, para evitar generar problemas con otros presos. La idea es presentar este plan a la Justicia y que haya una rápida definición sobre el futuro de los condenados.

El Servicio Penitenciario planteó entre sus propuestas que los ocho rugbiers condenados por el crimen de Báez Sosa no sean alojados en un penal de máxima seguridad, lo que consideran que es innecesario por el perfil que tienen, que no condice con la posibilidad de un intento de fuga o revuelta carcelaria. Además, en una cárcel de máxima seguridad correrían riesgo de vida.

Del plan secreto del Servicio Penitenciario se desprende que Thomsen podría ser alojado en soledad por las fuertes diferencias que tiene con los otros cuatro rugbiers condenados a perpetua. Las internas se detectaron previo a la sentencia, se agravaron tras el fallo e incluyen pases de factura y reproches.

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