Tiene 71 años, empezó el colegio para aprender a administrar su jubilación y terminó como abanderado

Francisco Díaz

Néstor Gonza, más conocido como “Don Gonza” es un jubilado de 71 años que en el verano de 2017 fue recibido por Patricia Duarte, por entonces vicedirectora en el turno noche de la escuela Comercio José Ingenieros de la ciudad de San Pedro de Jujuy para inscribirse en el turno noche y así poder terminar sus estudios secundarios.

“Don Gonza”, cursó de lunes a viernes, de 19:45 hasta 23:30 -dos veces por semana las clases llegan al día siguiente-, durante tres años. No faltó nunca. Asistencia perfecta. Y en tiempos de pandemia, en un año de incursión en la educación virtual, sus trabajos estuvieron a tiempo y a disposición de los docentes.

En su tercer año de escuela secundaria fue abanderado por haber registrado el segundo mejor promedio de toda la escuela,

Según refirió la docente, “Don Gonza” vive en una habitación alquilada de una pensión y carece de cualquier vínculo familiar. Lo único que tiene es su ingreso de jubilado y su colegio.

“De chico vivía con su mamá y con su hermano. Fueron creciendo y atendió a su mamá hasta los últimos días de su vida. Después se fue a trabajar a la cosecha de una finca: pasó el resto de sus años trabajando y ganando muy poquito. Vivió una vida muy dura, una vida de campo”, relató Duarte quien hoy es la directora del establecimiento educativo. Néstor nunca había ido a la escuela. Cuando se jubiló, tuvo que aprender a administrar su propio dinero. No lo había hecho jamás.

Primero cursó la primaria en la escuelita Juana Manzo. Siguió el secundario en el colegio comercial José Ingenieros, caminando siete cuadras bajo el sol tropical de San Pedro, la primera ciudad del interior jujeño,

“Don Gonza” quería estudiar porque muchas personas se abusaban de él por su nivel de desconocimiento y advertía que su sueldo de jubilado no le alcanzaba para terminar el mes y por eso quería aprender a usar los números para que nadie se aproveche de su dinero, quería dejar de ser un ignorante.

Es un estudiante dedicado -distinguió la directora-. Se levanta a las cinco de la mañana para estudiar y cuando algo no entiende se queda por las noches hasta intentar aprenderlo”. Este año, el coronavirus le prohibió asistir a clases presenciales. Pero la virtualidad, por su edad y por su condición económica, también era una situación excluyente. No tiene celular, computadora o un tipo de comunicación digital: los profesores del colegio idearon, entonces, un plan para que no perdiera el año y la práctica.

“Lo que hicimos fue organizarnos con los profesores que le imprimían las actividades, armábamos un paquetito de sus trabajos y una secretaria se tomaba la molestia de acercarle las tareas a su casa y de retirarlas dos semanas después. Así fue todo el todo el año”, explicó la directora de la escuela Comercio José Ingenieros. “Al no tener familia ni otro contacto, la escuela se convirtió en su segunda casa -agregó-. Él mismo nos decía que extraña a sus compañeros, a los directivos, a la portera”.

“Es muy humilde, muy sencillo. Tiene mucho entusiasmo por aprender y también es una enseñanza para los demás. Tiene palabras sabias y cuando se expresa lo hace con ideas claras”, reflexionó Duarte.

En febrero del próximo año retomará las clases: empezará cuarto año de la secundaria, su último año lectivo. Dijo que cuando egrese quiere seguir estudiando. Le gusta la psicología. Desde el colegio anunciaron que van a hacer gestiones para conseguirle una beca en un terciario privado. Mientras le hacen bromas diciéndole que ya está para dar clases de contabilidad y para poner su negocio, él agradece a los profesores y a las autoridades la predisposición y la oportunidad.

Don Gonza”, en diálogo con el medio local RTVcable, contó su historia para dedicarle un mensaje a los más jóvenes: “Comencé a estudiar, a poner todo mi empeño, mi voluntad, mi esfuerzo, las ganas. Hay que estudiar, levantarse temprano. Yo les aconsejo a los chicos que están en la calle que estudien. No quiero ver a ningún chico en la calle o trabajando de sol a sol, bolseando cemento, a orden de los patrones. Quiero que estudien para que el día de mañana sean excelentes profesionales y para que tengan dignos sueldos”.

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