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Salario Básico Universal: La respuesta para el desempleo masivo que traerá la IA

Imaginá un mañana en el que no solo software con inteligencia artificial, sino también robots, drones y máquinas inteligentes asuman tu puesto de trabajo. Cientos de miles de argentinos podrían quedar desplazados antes de 2030, sin importar su formación. Frente a esta ola de automatización física y digital, surge una pregunta crucial: ¿será el Salario Básico Universal la salvación?

La IA y la amenaza sobre el empleo

La adopción acelerada de inteligencia artificial está redefiniendo roles en cada sector. Antes de 2030, cientos de miles de trabajadores podrían quedar desplazados:

  • Cajeros y repositores: por cajas de autoservicio y apps de pago.
  • Mozos y camareros: Robots móviles y sistemas de pedido por tablet gestionan la toma de comandas y el servicio de mesas.
  • Operadores de datos: por chatbots y sistemas automáticos.
  • Programadores: Plataformas de IA (como GitHub Copilot y modelos de código generativo) asisten o incluso reemplazan tareas de escritura y corrección de código rutinarias, reduciendo la necesidad de perfiles con experiencia intermedia.
  • Asistentes administrativos y contadores: por gestores bot y plataformas financieras con IA.
  • Operadores de call center: Chatbots conversacionales capaces de resolver consultas complejas las 24 horas.
  • Cajeros bancarios: Cajeros automáticos inteligentes con reconocimiento biométrico reemplazan la atención en ventanilla.
  • Operarios de almacén: Robots móviles y brazos automatizados clasifican, almacenan y despachan paquetes sin ayuda humana.
  • Cobradores de peaje: Lectores automáticos de patentes y sistemas de pago móvil eliminan la cabina física.
  • Operarios de manufactura ligera: Celdas robotizadas realizan ensamble, soldadura y empaque sin supervisión constante.
  • Recepcionistas de hotel: pantalla de autoservicio y asistentes virtuales check-in/check-out sin intervención humana.
  • Guardias de seguridad: Cámaras con análisis de video en tiempo real y drones patrulleros detectan intrusiones automáticamente.
  • Asistentes legales: plataformas de IA revisan contratos, buscan precedentes y generan borradores de documentos

El resultado: un aumento significativo de la brecha laboral, donde quienes no se reconviertan corren el riesgo de no encontrar empleo.

Noticia relacionada: Empleos en Argentina que la IA podría reemplazar antes de 2030

¿En qué consiste el Salario Básico Universal?

El SBU propone un ingreso mínimo incondicional para garantizar la subsistencia:

  • Se entrega a todas las personas, sin requisito de empleo ni condición de recursos.
  • Cubre gastos esenciales: alimentación, vivienda y salud.
  • Simplifica la red de asistencias sociales, reemplazando múltiples planes por uno solo.

UBI como respuesta a la automatización

Frente a la pérdida masiva de empleos, el SBU ofrece:

  • Red de seguridad para quienes queden fuera del mercado.
  • Estímulo al consumo, evitando caídas drásticas en la demanda interna.
  • Oportunidad de reconversión, al liberar tiempo y recursos para capacitación.
AspectoSin SBUCon SBU
Cobertura socialMúltiples planes con solapamientosUn único ingreso incondicional
Vulnerabilidad ante desempleoAlta, sin respaldo claroBaja, con respaldo económico garantizado
Estímulo al consumoVolátil en crisisEstable y predecible
Reconversión laboralDifícil, depende de subsidios limitadosFacilitada al permitir formación continua

Desafíos y próximos pasos

  1. Financiamiento sostenible
    • Rediseñar el gasto público y optimizar subsidios actuales.
  2. Diseño de incentivos
    • Mantener la motivación al trabajo mediante complementos por empleo.
  3. Capacitación masiva
    • Programas de formación en habilidades digitales y humanas.
  4. Pruebas piloto
    • Implementar SBU en regiones seleccionadas para evaluar impactos reales.

El choque entre la velocidad de la IA y la lenta adaptación del mercado laboral exige soluciones audaces. El Salario Básico Universal asoma como un salvavidas para cientos de miles que la automatización dejará atrás. Ahora, la gran pregunta es: ¿estamos preparados para dar el salto?

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