¿Por qué el Papa Francisco nunca vino a la Argentina?

Desde su elección en 2013, Jorge Mario Bergoglio —más conocido como el Papa Francisco— fue recibido con entusiasmo y orgullo en todo el mundo. Pero hubo un lugar que nunca pisó en su rol como Pontífice: su propia tierra natal.

Mientras recorrió países vecinos como Brasil, Paraguay, Bolivia, Chile y Perú, su ausencia en Argentina generó interrogantes, especulaciones y, con el tiempo, una cierta desilusión en muchos fieles.


Polarización política:
Francisco fue claro: “No quiero que un viaje mío a Argentina sea motivo de división”. A lo largo de su papado, fue manipulado discursivamente por distintos sectores políticos que leían sus palabras según sus intereses. Una visita habría profundizado esas grietas.

Prioridades pastorales:
Eligió visitar países más pequeños o en crisis, como Irak o Sudán del Sur. Su mirada siempre estuvo puesta en las periferias y en aquellos que más necesitaban del mensaje papal.

Relación con la Iglesia argentina:
Tuvo diferencias con sectores conservadores del episcopado local y creía que la Iglesia nacional debía caminar por sí sola, sin depender de su figura.

Motivos personales:
Su vínculo con Argentina era emocionalmente complejo. Amigos, familia, recuerdos intensos… Todo eso, sumado a la presión social y mediática, lo hizo optar por el silencio de la distancia.


Con su reciente fallecimiento a los 88 años, la incógnita queda abierta: ¿Será que su sucesor finalmente concretará la esperada visita papal a Argentina? ¿O el país del primer Papa latinoamericano seguirá esperando?

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