Darío Barassi, el querido animador de El Trece, atraviesa uno de los momentos más duros de su vida y expresó su dolor en sus redes sociales.
La madre del conductor falleció tras una dura lucha contra el cáncer de páncreas y el referente televisivo está destrozado por la noticia.
El mensaje de Darío
Barassi despidió a su mamá con un extenso texto en su cuenta oficial de Instagram. “El país hoy está en una, pero lamentablemente yo estoy en otra. Finalmente pasó. Ese último suspiro, ese último beso, caricia, abrazo llegó. Duele, alivia y vuelve a doler“, arrancó su mensaje el animador.
Y agregó: “Te nos fuiste, viejita, ahí estábamos los 3 de siempre y el pilar de mujer que tengo al lado desplomados en un abrazo eterno sobre tu cuerpo. Anoche cuando volví a casa obviamente no podía dormirme, escuchaba esas últimas respiraciones exigidas tuyas mientras miraba por la ventana la única estrella que había en el cielo, y me puse a hacer la lista de lo que voy a extrañar de vos”.
Darío enumeró: “Víttel tone y su raspadita. Ensalada criolla. Bizcochuelo de limón y la raspadita del glaseado. Lo mal que cantas, sobre todo en misa que lo hacías con tanta pasión y sordera. Hacerte trampa a las cartas. Que me digas que no soy tu preferido. Que me digas Gorito. Tus jardines. El olor de tus casas. Tu perfume. Tus cambios de looks. Tu ironía. Tus brazos con salero. Tu bronceado desde septiembre. Tus frascos con galletas. Tus álbumes de fotos. Tus camas gigantes y llenas de almohadones. Tus cremas para codos. Tus manos. Tu risa. La alegría cuando estabas con mis hijas. Tus ronquidos. Tu tupper de fiambres. Tu monedero con mil billetes. Tu pronunciación en inglés. Tu cariño a mis amigos. El cariño de mis amigos con vos. Tu complicidad e incondicionalidad. Tu locura y defectos. Tus ganas de pelearla siempre. Tus derrotas, así te levantábamos”.
El animador agregó: “Mil cosas más, pero tengo que dormir porque mañana es tu sepelio y tengo que contarle a las enanas lo que pasó. Básicamente voy a extrañar tenerte, vieja linda. Hasta siempre, viejita mía. Sigo escuchando esa respiración, ya no tan exigida, sino más placentera. Bon voyage. El gorito”.