Masacre de Chascomús: La trama detrás del triple crimen que conmueve a la sociedad

Francisco Díaz

En un giro impactante de los acontecimientos, Francisco Reddy, el joven policía de tan solo 20 años, se negó a declarar esta mañana ante las autoridades luego de que el fiscal Jonatan Robert ampliara su imputación por el triple crimen ocurrido en Chascomús.

La nueva imputación incluye los delitos de homicidio agravado por alevosía en concurso real con homicidio calificado por el vínculo.

El fiscal Robert basó estas acusaciones en evidencias recopiladas por la Policía Científica y la DDI de Dolores. De acuerdo con las investigaciones, Diego Reddy (padre del acusado), su pareja María Eugenia Suárez, y su hijo de 11 años, Ignacio Reddy, fueron brutalmente asesinados con una carabina calibre .22.

El fiscal detalló que los crímenes se llevaron a cabo después de “diversas operaciones comerciales” realizadas por el acusado Francisco Reddy.

Estas operaciones, según la investigación, involucraron un menoscabo patrimonial para Reddy (padre), quien era el casero de la estancia “Los Pinos”, ubicada a 10 kilómetros de la Ruta N°2, en el camino “Bajada Puerta del Diablo”, perteneciente al Partido de Chascomús.

El 28 de diciembre, un día antes de los asesinatos, Francisco Reddy vendió 20 vacas, algunas de la raza Aberdeen Angus, por un valor de $3.400.000 a un vecino de Ayacucho. El comprador, que declaró en la causa, reveló que la operación había sido pactada entre el 10 y el 12 de diciembre.

Además, se descubrió que la compra de una camioneta Chevrolet S10 blanca por parte del acusado a otro vecino de Ayacucho se materializó el 29 de diciembre, pocas horas antes de los crímenes.

El vendedor intercambió la camioneta por el vehículo particular de Reddy (un Suzuki Fun) y cinco vacas.

La investigación revela que Reddy había estado negociando la compra de la camioneta durante varias semanas, ofreciendo inicialmente 15 animales y luego proponiendo su auto y una suma de dinero. Finalmente, acordó la transacción con cinco vacas y la entrega de su vehículo.

El vendedor fue con su hijo al campo que le indico Reddy hijo y luego de traspasar tres tranqueras llegaron a la casa y cerca de ella había una manga con, “aproximadamente, encerrados 10 a 12 animales”, relató en la causa

Luego indicó: “Me entrevisté con Francisco, me mostró las cinco vacas que me iba a cambiar, eran tres vacas negras y dos coloradas. Me refirió que tenían marca, pero no había problema porque estaban a nombre de él. Estuve, estimativamente, una hora, hicimos un boleto de compra y venta en el lugar y nos trajimos con mi hijo el auto sin el total de la documentación”, declaró.

“Francisco quedó en enviarme los animales y la carpeta de los papeles del auto en el transcurso del fin de semana y me los iba a enviar con el hombre que había comprado las otras 20 vacas, quien debía volver a buscar dos animales y le quedaba lugar en su carro para trasladar cinco vacas más, así que terminamos con la negociación y me retiré del lugar en dirección a Ayacucho”, cerró el vendedor que dejó la camioneta, en ese momento, en poder del imputado.

La camioneta fue registrada por cámaras de seguridad de la Ruta 2, saliendo y regresando a la estancia el día de los crímenes. Testigos del campo reportaron haber escuchado una detonación alrededor de las 18:30, coincidiendo con el momento en que se hallaron los cuerpos de Suárez e Ignacio.

El padre, Diego Reddy, fue encontrado entre los pastizales de la estancia con dos balazos en el pecho y la cabeza en las últimas horas del 31 de diciembre. Se cree que fue el único miembro de la familia que tuvo la oportunidad de reaccionar antes de ser ejecutado a distancia por su propio hijo.

La comunidad en general sigue conmocionada por este horrendo crimen mientras las autoridades continúan con la investigación para esclarecer los motivos detrás de esta tragedia familiar.

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