El Grupo de Prevención Municipal (GPM), fuerza de seguridad creada por ordenanza del Concejo Deliberante de San Vicente, ya cuenta con una base operativa para sus 32 efectivos y ha incorporado armas no letales para reforzar su capacidad disuasoria.
La nueva sede funciona en calle Matheu, a pocos metros de avenida San Martín y muy próxima al Hospital Ramón Carrillo. Desde allí se coordinan las tareas de patrullaje y prevención del delito que el GPM desarrolla desde enero pasado, principalmente en el centro comercial de la ciudad cabecera.
“Esta fuerza nació por iniciativa del intendente Nicolás Mantegazza y hace más de un año se conformó la escuela para la Policía Municipal. A lo largo del año pasado los cadetes recibieron su instrucción, con una diplomatura en seguridad pública y formación física. Y desde enero ya están trabajando”, explicó Cristian Bordón, coordinador general del GPM y comisario mayor retirado de la Policía Bonaerense.
El equipamiento de la fuerza incluye tonfas, chalecos antibalas, elementos de protección anti disturbios y marcadoras de postas de goma, con las cuales pueden efectuar detenciones en la vía pública y coordinar operativos de tránsito con las mismas facultades que un inspector municipal. Aunque no están autorizados para recibir denuncias, ya han intervenido en más de una ocasión para reducir robos de bicicletas y otros ilícitos menores.
En las últimas semanas, el GPM reforzó la presencia en horarios de salida de escuelas para proteger a los alumnos y evitar enfrentamientos que se producían con frecuencia. Según fuentes de la fuerza, aún no existen estadísticas oficiales, pero la percepción es que la presencia de los uniformados ha contribuido a la baja de incidentes en las calles.
El proyecto de expansión prevé que, cuando egresen a mitad de año los 60 cadetes actualmente en formación, se enviarán grupos a las localidades de Alejandro Korn y Domselaar, extendiendo así la cobertura del GPM en todo el distrito.