En los últimos años, la cantidad de nacimientos en Argentina ha mostrado una tendencia a la baja, en línea con lo que ocurre en varios países de América Latina y el mundo. Recientemente, el Ministerio de Salud de la Nación publicó el resumen anual de datos estadísticos de 2023, y los números confirmaron esta realidad. Con 460.902 nacimientos registrados en todo el país, se marcó un nuevo descenso respecto a 2022, cuando hubo 495.295 nacidos vivos.
Este fenómeno responde a múltiples factores, desde cambios sociales y económicos hasta transformaciones en las expectativas y proyectos de vida de las personas. Mientras algunos sectores ven esta baja como un problema a futuro, especialistas destacan oportunidades y desafíos que pueden surgir en este nuevo escenario demográfico.
Caída sostenida de la tasa de natalidad en Argentina
El descenso en la cantidad de nacimientos no es un hecho aislado ni reciente. Se trata de una tendencia que viene consolidándose desde hace casi dos décadas. En 2008, la tasa global de fecundidad en el país era de 2,42 hijos por mujer, mientras que en 2023 descendió a 1,36 hijos por mujer, una caída del 43% en 15 años.
Hoy, la tasa de fecundidad en Argentina se asemeja a la de Europa occidental y a la de varios países de América Latina, como Chile, donde se registran cifras similares. En cambio, en las regiones más pobres del mundo, como el África subsahariana, las tasas siguen siendo significativamente más altas.
Qué factores explican la caída de la natalidad
Los especialistas en demografía identifican varios factores que pueden explicar la baja en la tasa de nacimientos:
- Mayor acceso a métodos anticonceptivos: cada vez más personas pueden planificar cuándo y cuántos hijos tener.
- Aumento del nivel educativo: en particular en las mujeres, lo que lleva a posponer la maternidad o a decidir tener menos hijos.
- Inestabilidad económica: muchas familias postergan la decisión de tener hijos por la incertidumbre laboral y financiera.
- Cambio en las expectativas de vida: formar una familia numerosa dejó de ser una prioridad para muchas personas.
- Dificultad para establecer vínculos de pareja duraderos: cada vez más mujeres eligen ser madres más tarde o no serlo, ante la falta de estabilidad en las relaciones.
Un punto clave es que la disminución de la natalidad es más pronunciada en los sectores con menor nivel educativo, donde los nacimientos cayeron 67% desde 2014. En el caso de adolescentes con baja educación, la caída fue de más del 80% en la última década.
Qué impacto tiene esta tendencia en la sociedad
El descenso en la natalidad tiene consecuencias directas e indirectas en distintos ámbitos de la sociedad:
- En el sistema educativo: habrá menos estudiantes en las próximas décadas, lo que podría mejorar la calidad educativa al haber menos alumnos por aula.
- En la economía: con una menor cantidad de jóvenes ingresando al mercado laboral, se requerirá una mayor inversión en tecnología y productividad.
- En el sistema previsional: el envejecimiento de la población obligará a repensar el esquema de jubilaciones para garantizar su sostenibilidad.
Uno de los datos que resaltan los especialistas es que la edad promedio en Argentina ya ronda los 40 años y seguirá aumentando en el futuro. Esto implica que cada vez habrá más personas mayores en relación con la población joven y activa.
A pesar del descenso en la cantidad de nacimientos, los expertos sostienen que no es necesario alarmarse por un posible despoblamiento. Según las proyecciones, la población del país seguirá creciendo en las próximas décadas y recién después de 2050 podría comenzar a estabilizarse o disminuir lentamente.