La leyenda detrás de la tormenta de Santa Rosa

Francisco Díaz

Con la llegada del 30 de agosto, día de la festividad de Santa Rosa de Lima, diversos mitos y creencias populares sobre las tormentas y el clima se hacen presentes.

La tormenta de Santa Rosa tal como la conocemos es básicamente un temporal importante que suele ocurrir entre los últimos 5 días de agosto y los primeros 5 de septiembre, y que tiene que ver con las primeras masas de aire cálido que comienzan a chocar con los frentes fríos, al acercarse la Primavera.

Aunque la ciencia meteorológica ha avanzado considerablemente, estas leyendas persisten en la cultura popular y alimentan la curiosidad en torno a los fenómenos naturales.

alerta tormenta

A continuación, exploramos algunos de los mitos más conocidos sobre la “Tormenta de Santa Rosa”

La Tormenta de Santa Rosa: Un mito arraigado en la tradición

La “Tormenta de Santa Rosa” es una creencia que gira en torno a la figura de Santa Rosa de Lima, patrona de América y las Filipinas. Según el mito, se le atribuyó poderes a Isabel Flores de Oliva, quien habría frenado un desembarco pirata generando una fuerte tormenta, allá por el siglo XVII. Los refutadores de leyendas, por el contrario, señalan que los corsarios decidieron no atacar la ciudad de Lima por la muerte de su capitán.

Incluso, hasta los meteorólogos relativizan el tan mencionado evento, advirtiendo que no tiene la regularidad que el imaginario popular le atribuye.

tormenta-de-santa-rosa

Lo cierto es que en 1615, en la “Ciudad de Los Reyes” (Lima), central en el movimiento colonial de entonces, una religiosa llamada Rosa (Isabel Flores de Oliva) encabezó una “rogativa” (oración pública para pedir a Dios, a una divinidad o a un santo) ante lo que parecía el inminente desembarco de piratas holandeses que ya habían asaltado el puerto vecino de El Callao.

En ese momento, se desató una gran tormenta, que impidió que cualquier embarcación se acercaran a tierra. De esta forma, Lima quedó a salvo.
Por tanto, los creyentes comenzaron a atribuir la presencia de la tormenta y la huida de los piratas al poder místico de Rosa.

Semejante leyenda se expandió por los dominios españoles de ese entonces y se popularizó fuertemente en la Argentina, con mayor fuerza en el Río de la Plata, Córdoba y Cuyo. De hecho, la capital de la provincia de La Pampa lleva su nombre, en una zona donde se dan tormentas fuertes con mucha frecuencia.

alerta tormentas noche

Cambios bruscos de clima: Santa Rosa “cambia el tiempo”

Otro mito relacionado con Santa Rosa de Lima sostiene que ella tiene la capacidad de “cambiar el tiempo”, es decir, provocar cambios bruscos en las condiciones climáticas. Se dice que, en honor a su festividad, el clima puede volverse impredecible, pasando de un día soleado a una repentina tormenta. Aunque estos cambios pueden ocurrir en cualquier momento, la festividad de Santa Rosa a menudo amplifica la creencia en estos fenómenos climáticos “mágicos”.

La relación entre los mitos y la meteorología

Si bien la ciencia meteorológica explica las condiciones climáticas a través de procesos atmosféricos y científicos, los mitos y las creencias populares a menudo se originan en la necesidad humana de encontrar significado y patrones en la naturaleza. Los mitos sobre la Tormenta de Santa Rosa son un reflejo de cómo las culturas han intentado entender y explicar los cambios climáticos antes de que existiera la comprensión científica moderna.

El desafío de separar la tradición de la realidad

Es importante recordar que los mitos y las creencias populares, aunque carezcan de base científica, forman parte del tejido cultural de una sociedad. Aunque la Tormenta de Santa Rosa carezca de fundamento empírico, sigue siendo una tradición arraigada en muchas comunidades, y la expectativa de un cambio climático brusco en este día es una parte inherente de la misma.

En última instancia, la relación entre los mitos y la ciencia es compleja y multifacética. A medida que avanzamos en nuestro entendimiento del mundo natural, es esencial apreciar tanto la tradición cultural como el conocimiento científico en su justa medida.

Compartir este artículo