Tras el caso Lia Thomas, es un hecho: con el 71% de los votos, la Federación Internacional de Natación prohibió a atletas transgénero a competir en las pruebas femeninas. Además se creó una nueva categoría “abierta” para poder incluirlas en las competencias.
La decisión fue tomara en un congreso general extraordinario en el marco del Campeonato del Mundo en Budapest. Ahora, para participar de la categoría femenina, las nadadoras deberán demostrar que han completado su transición antes de la pubertad o de los 12 años, ya que de lo contrario, quedarán fuera de la competencia.
Sin embargo, los 152 miembros de la FINA acordaron la creación de una nueva “categoría abierta” en la que se trabajará en los 6 meses siguientes para estudiar la forma de poner a prueba la nueva modalidad. “No quiero que se le diga a un deportista que no puede competir en el más alto nivel”, expresó el presidente de la Federación, Husain Al Musallam.
“Tenemos que proteger los derechos de nuestros atletas a competir, pero también tenemos que proteger la equidad competitiva en nuestras pruebas, especialmente la categoría femenina en las competiciones de la FINA“, agregó.
El caso de Lia Thomas
Lia Thomas es una nadadora transgénero estadounidense que en 2019 cambió de sexo. Durante tres años, compitió en torneos masculinos de la NCAA (Asociación Nacional Deportiva Universitaria). Lia fue la primera nadadora en ganar la final de 500 metros libres, a sus 22 años.
A partir de este suceso se abrió toda una polémica sobre los criterios para la participación en los torneos, dando lugar a toda una serie de críticas y debates sobre la inclusión, la justicia y la discriminación en el deporte.
