Intendentes bonaerenses reclaman que se traslade el feriado del 12 de Octubre

Un grupo de intendentes bonaerenses reactivó su reclamo al Congreso de la Nación para que se debata y apruebe un proyecto que habilite el corrimiento del feriado del 12 de octubre, que este año caerá en domingo.

En medio de una temporada crítica para el turismo, con indicadores en rojo y fuerte impacto en las economías regionales, siete jefes comunales peronistas alzaron la voz para sostener viva la propuesta, que permanece frenada en la Cámara de Diputados.

A través de un comunicado conjunto, los intendentes instaron al Congreso —especialmente a la Cámara Baja— a tratar con urgencia el proyecto que permitiría trasladar el feriado por el Día del Respeto a la Diversidad Cultural al lunes 13 o al viernes 10 de octubre, generando un nuevo fin de semana largo que incentive el movimiento turístico.

“El turismo en la provincia de Buenos Aires está atravesando su peor momento en al menos los últimos 25 años. Miles de trabajadores, empresarios y comerciantes son testigos del derrumbe que comenzó en diciembre de 2023 y que hoy se traduce en cierres, despidos y un panorama desolador”, expresaron los jefes comunales.

Los firmantes del petitorio fueron Gustavo Barrera (Villa Gesell), principal impulsor de la iniciativa en redes sociales, junto a Sebastián Iannantuony (General Alvarado), Sebastián Walker (Pila), Javier Gastón (Chascomús), Héctor Olivera (Tordillo), Juan de Jesús (Partido de La Costa) y Walter Wischnivetzky (Mar Chiquita).

Según datos difundidos por los intendentes, el sector turístico registró una caída del 21,9% durante la última temporada, lo que representa una pérdida estimada en 2,6 billones de pesos. “Esta retracción golpea de lleno a las economías locales y regionales, particularmente en aquellas ciudades donde la temporada alta representa la principal fuente de ingresos anuales”, advirtieron.

Los intendentes argumentaron que trasladar el feriado permitiría estimular el consumo interno, fomentar el turismo de cercanía y dar un respiro a una actividad que no logra recuperarse. “Es una medida concreta, de bajo costo para el Estado y de alto impacto para las comunidades que dependen del turismo”, sostuvieron.

La iniciativa aún debe superar el letargo legislativo. Pero con la presión creciente desde los territorios, el Congreso enfrenta una nueva oportunidad para activar una política que, en tiempos de crisis, puede marcar la diferencia entre sostener el empleo o ver caer nuevas persianas.

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