En Argentina surgió una idea de tener una reina. Pero no cualquier persona que salga de un castillo de otro país, sino una monarca con sangre argentina. Así propusieron que alguna de las hijas de Máxima de Holanda sean las candidatas a reina de Argentina.
Si bien la monarquía es muy cuestionada en muchos países por el gran gasto que representa en el presupuesto anual, en Argentina se planteó la idea con fuerza. En el caso de que suceda, el reinado caería sobre Alexia o Ariane, ya que Amalia, la hija mayor, es la heredera natural de su padre el rey Guillermo y será la próxima reina de su país.
Este pensamiento surgió de Mario Santiago Carosini, presidente del Movimiento Monárquico Argentino, quien aseguró que instalar en nuestro país una monarquía constitucional parlamentaria terminaría “con la corrupción estructural y llegar a mejores índices de desarrollo, bienestar y nivel de vida. Hay que rescatar los ideales de nuestros próceres monárquicos como San Martín, Belgrano y Alberdi”, expresó Carosini.
El proyecto será enviado al Congreso por el Movimiento Monárquico Argentino, y la reina se instalaría en la Quinta de Olivos, mientras que la sede de gobierno seguiría funcionando en la Casa Rosada. Carosini apunta a la constitución del “reino de Argentina, con un sistema de protección del contribuyente a cargo del rey”, y además aclara que piensa en una monarquía “austera”.
“Mi modelo sería como el reino de Suecia, donde los diputados se planchan sus camisas y viven en un monoambiente”, cuenta el presidente del Movimiento Monárquico Argentino.
Sobre las hijas de Máxima
Alexia, tiene 15 años y según los medios holandeses, es la princesa rebelde. Le gusta mucho la moda y tiene gran presencia en las redes sociales. Actualmente estudia con otra royal, la princesa Leonor de España, en el UWC Atlantic College de Gales, tal como lo hizo su padre.
Por su parte, Ariane, tiene 14 años y es de perfil más bajo. Sólo se sabe que estudia en el mismo colegio que sus hermanas y que le gusta montar a caballo, dibujar y tocar el piano.
