El cineasta y piloto argentino Enrique Piñeyro, se encuentra realizando vuelos a Polonia con su Boeing 787 con la finalidad de rescatar refugiados ucranianos. Pero, en su segundo vuelo a Varsovia, le negaron el ingreso al país y debió desviarse hacia República Checa.
Durante su primer viaje, logró sacar 179 personas, la mayoría son mujeres y niños. Aterrizaron en Roma y cada cual tomó un rumbo distinto en Italia.
Luego, Piñeyro tenía permiso de volar desde Roma a Polonia, pero las autoridades de ese país le demoraron el permiso de aterrizaje, por lo que estuvo 45 minutos en el aire, hasta que aterrizó en Praga.
“No sé qué pasó, algún funcionario polaco se habrá despertado tarde y de mal humor. Por suerte la metereología era muy buena”, dijo el piloto argentino, creador de la ONG Solidaire, al servicio de la cual tiene su avión privado.
A las 10.30 (hora Argentina), ya en Praga, recibieron la notificación de que su vuelo a Varsovia ahora sí estaba autorizado. Despegaron rumbo a la capital de Polonia y aterrizaron un par de horas después de lo previsto. Afortunadamente, un nuevo grupo de inmigrantes pudo pasar su primera noche en Italia.
En el medio hubo gestiones de los embajadores de España e Italia en Polonia. También se vivió una tensa espera en el aeropuerto de Varsovia: los inmigrantes ya estaban allí para embarcar, pero las ventanillas donde debían registrarse no abrían.
Piñeyro es secundado en su actividad solidaria por el catalán Óscar Camps, quien se instaló en Varsovia para ayudar a los refugiados, pero había acompañado al argentino en el avión. “Esto es grave, no se puede hacer algo así con un vuelo humanitario”, señaló Camps.
