Este lunes 7 de julio de 2025 el Ejecutivo nacional anunció, mediante un decreto presidencial, el cierre definitivo de la Dirección Nacional de Vialidad (DNV) junto a otros organismos vinculados al transporte. La medida forma parte del paquete de reestructuraciones impulsado por el presidente Javier Milei y promete transformar la gestión de las rutas nacionales.
Anuncio y alcance del decreto
Durante una conferencia en Casa Rosada, el vocero presidencial Manuel Adorni informó que el Decreto de Necesidad y Urgencia dispone la disolución de la DNV, la Comisión Nacional de Tránsito y Seguridad Vial y la Agencia Nacional de Seguridad Vial.
“Este organismo se creó para simplificar la corrupción”, afirmó Adorni, al vincular la decisión con la causa Vialidad que motivó la condena de la expresidenta Cristina Kirchner.
Reasignación de funciones y nuevas licitaciones
Las tareas de estudio, construcción, mantenimiento y conservación de la red troncal de caminos nacionales pasarán al Ministerio de Economía, que podrá delegar proyectos y concesiones a través de licitaciones abiertas. El Gobierno anticipó la convocatoria para renovar más de 9.100 km de rutas degradadas tras “décadas de despilfarro”.
Impacto en trabajadores y proyectos en curso
El Sindicato de Trabajadores Viales declaró un estado de alerta ante la disolución de la DNV y alertó por miles de empleos en riesgo. Los delegados anunciaron medidas de protesta y cortes parciales en rutas si no se garantiza la continuidad laboral y el pago de convenios vigentes.
Qué sigue y recomendaciones para los usuarios
- Cronograma de transición: el decreto mantiene al personal en sus cargos hasta que el nuevo esquema organizativo quede firme.
- Obras en ejecución: los contratos vigentes se reasignarán al Ministerio de Economía o a los nuevos organismos que éste designe.
- Usuarios y transportistas: se espera que las licitaciones aceleren repavimentos y mejoras, pero podrían registrarse demoras en peajes y controles viales durante el traspaso.
Con estos cambios, el Gobierno busca mostrar un “acta de defunción” de la corrupción en obra pública, aunque resta definir plazos y destinos de cada proyecto vial. Mantenerse informado y prever posibles desvíos será clave para la circulación en las rutas argentinas.
