El forense que fraguó la autopsia de José Luis Cabezas podría ser titular de cátedra en la Universidad de La Plata

Francisco Díaz

La familia del reportero gráfico José Luis Cabezas, asesinado en 1.997 en el distrito de General Madariaga, denunció que el primer médico forense de la causa, que omitió información clave para dar con los asesinos, está a un paso de ser titular de cátedra en la Facultad de Ciencias Médicas de la UNLP.

Se trata de Darío Amado, el forense que realizó la primera autopsia al cuerpo Cabezas, asesinado en General Madariaga por emisarios del empresario Alfredo Yabrán, y que deliberadamente ocultó evidencias y fraguó informes.

En tal sentido, emitieron el siguiente comunicado:

“Hemos tomado conocimiento por medios periodísticos, que la Universidad Nacional de La Plata, estaría por nombrar como titular de Medicina Legal al Dr. Darío Amado. Al asumir ese cargo, el doctor Darío Amado, será responsable de capacitar y enseñar a cientos, miles de jóvenes, y quedará al frente de la cátedra de Medicina Legal, la rama de las ciencias médicas dedicada a estudiar y determinar, entre otras cosas, cómo y por qué mueren las víctimas y quiénes son sus victimarios.

Se hace imperiosamente recordar para la familia y para la sociedad que NO SE OLVIDA DE JOSE LUIS CABEZAS, que este médico en 1997 fue el forense que realizó la primera autopsia al cuerpo de la víctima asesinado en General Madariaga por emisarios de Yabrán y denunciado por el representante legal de la familia. Ocultó evidencias y fraguó informes.

Amado se hizo famoso hace 24 años por haber participado en la causa judicial que investigaba uno de los crímenes políticos más estremecedores de la historia argentina de la postdictadura: el asesinato del reportero gráfico José Luis Cabezas, por encargo del empresario Alfredo Yabrán, ejecutado la madrugada del 25 de enero de 1997 en General Madariaga.

Amado fue convocado por el juez Penal de Dolores José Luis Macchi para realizar la autopsia al cuerpo calcinado de José Luis. Pero tras conocer los resultados, el magistrado ordenó una segunda autopsia y llamó a declarar a Amado para que explicara algunas irregularidades y errores cometidos en su informe forense. La reautopsia de Cabezas, con la presencia de los médicos de la familia Cabezas, incriminó a Yabrán.

Además, Amado permitió que personal de inteligencia de la Policía Bonaerense entrara a la sala de la Asesoría Pericial y presenciara toda la autopsia, esfumándose minutos antes de finalizar a sabiendas de que no tenía permitido estar ahí. Después, y con mayor gravedad, cuando realizó la evaluación craneal deliberadamente omitió mencionar uno de los disparos que había en la cabeza del periodista. Solo habló de un orificio, acorde a la teoría de que el crimen lo cometió solo una persona. Luego “se olvidó” también de marcar que en el cuerpo había rastros de golpes. Y finalmente fraguó la fecha de la firma de un policía de General Madariaga para hacer pasar como que estuvo presente durante los exámenes médicos del cadáver.

El hecho provocó en su momento la indignación de la familia Cabezas y toda una sociedad que veía sin poder creer los burdos intentos del poder por encubrir a los asesinos, Amado fue denunciado. Tras el escándalo que produjo su “confesión” y con los resultados de la segunda autopsia que determinó la existencia de golpes y de un segundo disparo, la causa se encaminó directamente a los asesinos reales.

A la frase que repetimos hace 25 años, No se olviden de Cabezas, deberíamos completarla con la frase no se olviden de la mafia, no se olviden de los mafiosos. ¿Cómo puede ser que quienes mafiosamente participaron en el desvío de pistas de investigación, quienes estuvieron al servicio de los mafiosos y asesinos, quienes con sus ¿errores? Quisieron provocar la nulidad del expediente penal, introduciendo una autopsia falsa, mal hecha, científicamente inaceptable, y con testigos falsos, que nunca estuvieron, y con testigos presenciales “sospechosos” que nunca firmaron las actas dejando constancia que estuvieron allí, no sean penados, se mantengan impunes e intocables y peor aún, sean merecedores de premios sociales o reconocimientos, reservados para personas dignas de tales honores?.

Hoy lo sabemos. Hubo encubrimiento en la primera autopsia del cuerpo de José Luis Cabezas, fue para desviar la investigación y desvincular a Yabrán y sus cómplices, hecho que quedó demostrado después de la comprobación y declaración del médico responsable y de un policía que firmó como testigo pero que no estuvo en la autopsia.

La primera autopsia indicó que José Luis había muerto de un solo tiro y que no había rastros de golpes. Pero la segunda reveló que los disparos eran dos. También probaba que el reportero gráfico había sufrido una paliza. Con diferencias tan grandes entre los dos exámenes, el médico declaró que hizo la autopsia muy cansado y a las apuradas. Reconoció que hubo una negligencia en la firma del acta por parte del cabo Carlos Juárez, el policía que transportó el cuerpo desde la cava de Madariaga -donde Cabezas apareció asesinado el 25 de enero- hasta La Plata. En dos lugares al mismo tiempo Juárez contó que en realidad no presenció el examen y que la autopsia la firmó varios días después. Y Amado admitió que el oficial que tenía que habérsela hecho firmar omitió el trámite en el momento.

La mafia premia a sus integrantes, toda la vida, no importa que hayan hecho. Es más, los premia porque seguramente les han seguido siendo útiles hasta la actualidad. Por eso decimos y sostenemos que el poder de la mafia sigue vivo.

No nos mueve ni nos guía el resentimiento ni la venganza, solo el deseo y sentimiento de justicia. Y eso pedimos y exigimos: justicia. Que solo las personas dignas puedan ocupar cargos públicos, cargos que requieran dignidad humana.

Que esta nueva denuncia a 25 años del crimen, que se suma a innumerables cantidades de denuncias realizadas, este ejercicio de memoria que hacemos cada vez que se pretende atacar la memoria de JOSE LUIS, este deber que sentimos como familia de estar alerta todo el tiempo para señalar a la mafia, sirva para que por ejemplo las autoridades a cargo de esta designación, revean lo hecho, relean el fallo del Tribunal de Disciplina del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal que dictó cuando excluyo a Gustavo Prellezo, el asesino que disparó y prendió fuego a José Luis, de la matrícula de abogado, y medite acerca de que para ocupar un cargo en la sociedad, no solo hay que estudiar, o ser inteligente o ser profesional , indispensablemente hay que tener “DIGNIDAD”.

NO NOS OLVIDAMOS DE JOSE LUIS CABEZAS


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