Día del Lector: ¿cuál es el motivo de su celebración?

Sofía Martínez

El 24 de agosto de 1899, nacía uno de los grandes escritores argentinos: Jorge Luis Borges. Desde el año 2012 se celebra el Día del Lector en homenaje a su figura y el importante legado que dejó.

Además este día fue aprobado con la Ley nacional 26.754 con el objetivo de “promover la lectura y la democracia a través de la realización en dicha fecha de actos de divulgación de las letras y de reconocimiento a la obra y trayectoria de la máxima figura de la literatura nacional”.

La obra de Borges es fundamental dentro de la literatura en castellano del siglo XX. Autor de libros imprescindibles como Ficciones y El Aleph exploró temas como los sueños, los laberintos, las bibliotecas, y los espejos. En sus grandes creaciones, además, volcó ideas filosóficas vinculadas a la memoria o la eternidad, que funcionan como una impronta de toda su trayectoria literaria.

Entre las obras más reconocidas podemos encontrar poesías y cuentos como: Fervor de Buenos Aires (1923), La rosa profunda (1975), Historia de la noche (1977), El idioma de los argentinos (1928), Ficciones (1944), El Aleph (1949), El libro de arena (1975), entre otros tantos escritos valiosos para la literatura argentina.

Borges fue galardonado con numerosas distinciones,​ además de ser muy polémico por sus posturas políticas conservadoras: su importancia continúa siendo causa de debate, particularmente por la posibilidad de que éstas le hayan impedido obtener el Premio Nobel de Literatura,​ al que fue candidato durante casi treinta años.

En 1986, al conocerse enfermo de cáncer y temiendo que su agonía fuese un espectáculo nacional, decidió fijar su residencia en Ginebra, ciudad a la que lo unía un profundo amor. Falleció el 14 de junio de 1986 a los 86 años víctima de un cáncer hepático y un enfisema pulmonar.

“De todos los instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones del brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y la imaginación.” -Jorge Luis Borges-

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