Encontró 2,5 millones de pesos y los devolvió: eran para el tratamiento de un nene que está muy enfermo

Hernán Martin

Matías Pauluch vivió una situación realmente inesperada: se encontraba en una estación de servicio, a metros de una parada de colectivo, cuando vio pasar una moto con una pareja y un niño.

Mientras se perdían a lo lejos, el joven observó que dejaban caer una bolsa. Se acercó al lugar y, al abrirla, descubrió que estaba llena de billetes de 500 pesos, ordenados en fajos de 100.000 pesos cada uno. El total sumaba dos millones y medio.

Un hombre honrado

“Lo primero que hago es acercarme al señor que estaba detrás de mí para preguntarle si los conocía. Me dijo: ‘si agarraron para aquel lado, no deben ser de muy lejos'”, señaló en Misiones Cuatro TV.

Y agregó: “Llamé a un amigo porque no podía andar con eso por la calle, en el colectivo, así que le pedí que por favor me buscara”.

Entonces fue a la estación de servicio y una empleada le dijo que era una pareja que vivía en el kilómetro 26 de Alem. “En chiste, en la estación de servicio me dijeron que repartamos la plata. Yo no iba a tocar esa plata porque no sabía para qué era ni de quién era”, remarcó el joven.

El joven contó el increíble episodio que le tocó vivir.

Un final feliz

Pauluch fue atendido por la mujer que había perdido el dinero. “Me comentaron que habían vendido una moto y una parte de un terreno para juntar ese dinero. Tenían que hacer un tratamiento con uno de sus hijos que está muy enfermo“, señaló Pauluch.

“La señora se emocionó mucho porque se ve que era importante para ella. Yo no conté el dinero, pero cuando entregué la bolsa el hombre me dijo que había $2.500.000”, confesó el joven.

Matías reveló: “Ellos me abrazaron, me agradecieron y me contaron la historia médica de su hijo. Ese dinero lo iban a usar para el traslado y el tratamiento que necesita. Tengo una hija e imagino que un hijo enfermo es lo peor que te puede pasar en la vida. En ese momento se me vino Catalina a la cabeza”.

Y reconoció: “Me quisieron dar 10 mil pesos y les dije que no, porque no podía aceptarlos si se supone que es para los estudios de la criatura. Hice lo que tenía que hacer, lo que me hacía sentir bien”.

Pauluch reconoció: “Para mí es un acto normal, si algo no es tuyo se devuelve. Son valores que me enseñó mi vieja, no es para que me digan que soy un héroe. Trabajo tengo, estoy buscando comprarme un terreno. No me sobra nada, pero jamás me lo hubiese quedado”.

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