Juan de Dios Gutiérrez era un párroco que dirigía un grupo de adolescentes en la ciudad catamarqueña de Belén. A fines del año pasado, la joven denunciante comenzó a asistir al grupo denominado Jóvenes Unidos por el Amor a Cristo, dirigido por Gutiérrez.
Según relató su mamá, apenas unos meses después de que comenzó a asistir a las reuniones la joven comenzó a tener ciertas actitudes extrañas que le llamaron la atención, sin embargo, la menor rompió el silencio recién la semana pasada donde le pudo contar las atrocidades a las que la sometió el sacerdote.
“Ella empezó a concurrir hacia diciembre de 2014, en marzo empecé a verla sin ganas de comer, con vómitos, tenía síntomas de bulimia. Después empezaron los cortes, los intentos de suicidio y todo esto yo notaba que pasaba cada vez que venía del grupo”, contó la madre Alejandra Carrizo.
Según consta en la denuncia, el 21 de septiembre el cura llevó a la menor a un hipódromo ubicado al sur de la localidad donde “la tocó e hizo que se sentara en su miembro”.
Sin embargo, la semana pasada la menor volvió a entrar en shock e intentó suicidarse. Fue ahí que se animó a relatar todo lo que vivió durante esos meses. Junto a su mamá hicieron la denuncia a la comisaría departamental de Belén.
La causa quedó a cargo del fiscal de la Tercera Circunscripción Judicial, Jorge Alberto Flores, quien caratuló el caso como “abuso sexual gravemente ultrajante agravado por ser ministro de culto, en concurso con corrupción de menores agravada por ser encargado de su educación”.
El cura fue detenido y podría ser indagado esta semana.
