Congelamiento de precios: alertan por desabastecimiento en algunas estaciones de servicio

Sofía Martínez

Una de las medidas del Gobierno es el congelamiento de precios, pero ya comienza a hacer efecto en el desabastecimiento de las estaciones de servicio sin marca. Son alrededor de 1400 bocas de expendio y representan el 10% del mercado.

La Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha) publicaron un comunicado que expresa “su preocupación por los primeros indicios de desabastecimiento en estaciones de servicio de bandera blanca principalmente, un fenómeno que se viene repitiendo en los últimos meses y se encuentra relacionado al congelamiento de precios que rige para los combustibles”.

“Hay un atraso del 10% y el 12% en los precios, en un contexto donde todos los costos para el estacionero van en aumento. A raíz de este escenario, donde las petroleras no actualizan los valores, ocurre que luego dejan de enviar productos al mercado, principalmente en las de línea blanca, lo que produce esta situación de desabastecimiento”, indicó Gabriel Bornoroni, presidente de la cámara.

La escasez de nafta y gasoil no es un problema generalizado, sino que afecta a las bocas de expendio que no tienen contratos y compran el combustible en el mercado mayorista. En este segmento, las refinadoras han aplicado incrementos en torno al 10% desde mayo, cuando fue el último aumento de precios en los surtidores de las estaciones de YPF, Shell, Axion y Puma Energy, entre otras.

“Las empresas están retaceando combustible, porque no es rentable venderlo en la Argentina. Te fijan un precio máximo por debajo de los costos de producción. No es negocio. Pero como no se puede desabastecer, se entrega menos combustible a las estaciones de bandera blanca que no tienen contratos. Esta fue una práctica muy habitual durante 2009 y 2010, cuando había desabastecimiento. Hoy no hay necesidad de cerrar surtidores y no vamos a ver filas largas de autos, pero vamos camino a eso”, señalaron desde una empresa del sector.

Tras la suba del 29% de los precios en surtidor durante los primeros meses, el presidente de YPF, Pablo González, anunció que no habría más aumentos hasta fin de año. En ese entonces, el barril de crudo costaba alrededor de US$65. Desde ese momento se incrementó hasta 20 dólares por unidad y cerró en US$85,73, pero la petrolera mantiene su postura.

Si bien el mercado de combustibles no está regulado, como sucede con las tarifas de gas y electricidad, todos los gobiernos lo administran de manera implícita a través de YPF, que es responsable del 55% de los despachos de nafta y gasoil. Luego le siguen Raízen (Shell), con el 18%; Axion, con el 15%, y Trafigura (Puma Energy), con el 5%.

A pocos días de las elecciones, las empresas productoras son conscientes de que el Gobierno no estará de acuerdo con un aumento de precios en surtidor, pero después del 14 de noviembre se cree que no se podrá sostener el acuerdo de venta a US$55. 

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