¿Cómo nos afecta la invasión de humo por los incendios del Delta?

Francisco Díaz

Los grandes incendios en la zona de humedales del Delta del Río Paraná siguen ardiendo descontroladamente. El esfuerzo de los brigadistas y bomberos es enorme pero parece en vano, porque los incendios se multiplican sobre las mismas zonas y con ellos se pierde una enorme biodiversidad.

Por supuesto que mucho menos les importa el bienestar y la salud de los millones de personas que se encuentran en los alrededores, teniendo que respirar este aire de baja calidad lleno de humo, hollín y cenizas, con sus correspondientes consecuencias directas para la salud el cual, desde las últimas horas se percibe en numerosos distritos de la provincia de Buenos Aires y se estima que podría llegar hasta Villa Gesell

La primera consecuencia de la columna de humo es la reducción importante de visibilidad, que en algunos casos genera accidentes vehiculares trágicos .Un ejemplo trágico ocurrió este viernes con el triple choque de camiones cerca de San Pedro en el cual una persona murió y dos resultaron heridas.

La otra consecuencia es el fuerte olor a quemado que nos indica que no estamos respirando aire puro. Irrita los ojos, nariz, piel y garganta, generando molestias y en algunos casos problemas mayores.

Los especialistas señalan que toda la población debe mantener ciertos cuidados esenciales para prevenir malestares. Por supuesto que quienes padezcan alguna enfermedad cardíaca o respiratoria preexistente (como por ejemplo epoc o asma), son más susceptibles a esta mala calidad del aire; así como también las personas alérgicas, niños, adultos mayores y embarazadas deben prestar mayor atención y cuidados, dado que el perjuicio puede ser mayor al estar más predispuestos a desarrollar síntomas.

Las personas sanas pueden llegar a presentar: ardor en los ojos, irritación y molestias en la garganta y vías aéreas, tos, rinitis, congestión nasal e incluso hasta dolor de cabeza al respirar este aire enrarecido, según indican profesionales de la salud.

Para las personas con las enfermedades de base mencionadas anteriormente, los síntomas pueden agravarse: se suman dolor o silbidos en el pecho, palpitaciones, cansancio, cuadros de laringitis, dificultades para respirar, se exacerba el asma, etc. Siempre se recomienda contactar a su médico de cabecera para hacer un seguimiento adecuado a su patología, y de ser posible consultar anticipadamente para planificar una rutina de cuidados.

En casos como estos es bastante recomendable tener en cuenta los pronósticos meteorológicos sobre la dirección del viento, porque es el que transporta la pluma de humo desde los focos hacia determinadas regiones habitadas.

Desde el Ministerio de Salud y Ambiente recomiendan en caso de presencia de humo en capas bajas de la atmósfera:

  • Evitar o minimizar las actividades recreativas y/o deportivas al aire libre.
  • En caso de tener que realizar tareas en el exterior se recomienda el uso de barbijo (muchos profesionales recomiendan doble barbijo del tipo quirúrgico) o mascarillas especiales y gafas.
  • Evitar ventilar los ambientes del hogar. Se pueden colocar trapos o toallas húmedas enrolladas debajo de las aberturas (puertas y ventanas), para bloquear el ingreso del humo.
  • En caso de contar con aire acondicionado, encenderlo cerrando la entrada del aire del exterior (eso es importantísimo), y manteniendo el filtro limpio para mejorar la calidad del aire interior.
  • Hidratarse más frecuentemente.
  • Controlar que las personas más susceptibles reciban el tratamiento adecuando y supervisado por su médico para estos casos especiales.


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