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CHASCOMÚS: Una puñalada a nuestra cultura

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Robo al Museo Pampeano de Chascomús

Una puñalada a nuestra cultura

Por Ana Belén Passerini

Alguien rompe un postigo, luego un vidrio, se lastima. Llueve mucho afuera. Fuerza una barreta hasta desencajarla y entra.  Suena una alarma, se altera.  Envuelve su mano que sangra y corre cruzando el salón.  El olor es inconfundible. Olor a tiempos remotos, mezclado con tierra mojada.

Este podría ser el comienzo de una novela policial.  Pero también podría ser la descripción de imágenes de la cámara de seguridad del Museo Pampeano de Chascomús el pasado 18 de marzo a las 4.35 de la madrugada.  Pero no es ninguna de las dos. Porque no es ficción, sucedió. Aunque no había cámaras.

Dos semanas atrás alguien decidió tomar un pedazo de la identidad de la ciudad. Arrancó de un golpe seco seis cuchillos pertenecientes a familias originarias de Chascomús. Platería criolla única y de un valor monetario altísimo, pero un valor como patrimonio de nuestra cultura aún mayor.

A dos semanas de esa madrugada de tormenta, no se sabe el paradero de las piezas, aunque sí se sabe a lo largo del país que los cuchillos fueron robados. La noticia se viralizó inmediatamente. La publicación oficial de la dirección de cultura en redes sociales fue replicada más de mil quinientas veces en cuestión de horas. La bronca de los vecinos se volcó en cientos de comentarios de repudio que se multiplicaron y se mezclaron con otras voces, como las vendedores y coleccionistas de platería antigua que se pasaban el dato unos a otros.

La hazaña vandálica es sin dudas una puñalada al recuerdo de nuestra historia. Alguien sin permiso tomó una parte de nuestro patrimonio cultural. Pero, ¿Qué es el patrimonio cultural? El patrimonio cultural es el conjunto de bienes materiales e inmateriales que dan testimonio de la constitución y desarrollo de un pueblo. Incluye una amplia gama de bienes, no sólo estrictamente culturales como monumentos, obras de arte, libros y manuscritos, colecciones fotográficas y cinematográficas, sino también bienes naturales: como fósiles y meteoritos.

¿Y Por qué se debe proteger el Patrimonio Cultural? Porque es la base de la memoria colectiva y el elemento que reúne la identidad y el sentido de pertenencia a una comunidad. Es el puente que vincula el pasado con el presente y el futuro.

Qué nos robaron.

Los cuchillos robados pertenecen a familias originarias, tradicionales, fundadoras de nuestra ciudad. Los apellidos que figuran en el listado descriptivo de las obras que se denunciaron son apellidos conocidos para todos, porque claro, se conoce a los descendientes de aquellos hombres que portaron esas reliquias en siglos pasados.

En la platería, explica un  historiador que visita hace seis años el museo y se dedica a la compra y venta de platería criolla, la valuación de un objeto tiene cuatro pilares: el material, la marca de la hoja,  la autoría y la pertenencia. Los materiales en este caso son plata y oro. En cuanto a la autoría, uno de los cuchillos está firmado por CASAL. Manuel Casal junto a Cándido Silva son definidos por los entendidos en la materia como los dos exponentes más  importantes de la platería criolla.

Cómo nos robaron.

Volviendo a la crónica del robo un podría preguntarse, cómo robaron. Rompiendo un postigo, un vidrio, forzando una barreta y rompiendo una vitrina.   No había rejas en esa entrada, no había cámaras, la alarma se accionó, la policía se presentó y al no haber personal que habilitara el ingreso hizo perímetro sobre el predio del Museo y posteriormente se retiró.

Quiénes nos robaron.

Sería otra pregunta para completar la crónica sobre esa madrugada del 18 de marzo. Fuentes de la investigación hicieron dos afirmaciones públicas. Una, que los cuchillos siguen en Chascomús y la otra que hubo grandes avances en la investigación sobre la identidad del responsable.   Y no brindan mayor información porque, explican que, de hacerlo pondrían en riesgo la recuperación de las piezas históricas.  La información es a veces un arma de doble filo.

Algo que le otorga casi formato de película a esta historia es la intervención de Interpol. Interpol, la mayor organización policial del mundo, tiene una división denominada Comité Argentino de Lucha Contra el Tráfico Ilícito de Bienes Culturales.  En la página de Interpol, figuran las piezas denunciadas por personal del museo, pero sin fotos.  Especialistas en platería indican que sin imagen, la recuperación se vuelve casi imposible.

El tráfico ilícito de bienes culturales ocupa el tercer lugar en el ranking mundial de mercados ilegales: genera seis mil millones de dólares al año, cifra de dinero sólo superada por el tráfico de drogas y el de armas.

En Argentina, hay leyes que protegen el patrimonio cultural y que regulan su salida del país. Las leyes Nº 24633 (Circulación de obras de arte) y Nº 25743 (Protección de bienes arqueológicos y paleontológicos) establecen los requisitos para la exportación de bienes culturales y naturales.

Los bienes que conforman el patrimonio son fuente de conocimiento, son un componente insustituible de la identidad y del desarrollo de una comunidad. Estos bienes son únicos y su pérdida provoca una fragmentación de la memoria colectiva y lesiona el derecho a construir un futuro sostenible sobre la base de un pasadocomún.

La pérdida de los bienes culturales afecta por igual a todos los ciudadanos, porque nos despoja de nuestra herencia cultural colectiva sin hacer distinción. Luchar contra el saqueo y el tráfico ilícito de bienes culturales es, por lo tanto, un derecho cuyo ejercicio sólo es posible con el compromiso y participación de toda la comunidad.

Estos son algunos de los robos en materia de bienes culturales.

  • En 2015 reabrió el Museo Ambato en La Falda, Córdoba. Su colección, valuadas en unos US$ 400 millones, una de las más importantes del mundo en arte precolombino; fue saqueada en 2008.
  • En 2009 el bastón de mando y la banda presidencial del ex presidente Arturo Frondizi fueron robados de la vitrina del museo de la Casa Rosada.
  • En agosto de 2007, del mismo lugar, desaparecieron el reloj chalequero y uno de pulsera de oro de los presidentes Nicolás Avellaneda y Agustín Pedro Justo. En el mismo robo desapareció la lapicera de oro de otro ex presidente: Roberto Marcelino Ortiz.
  • También en 2007un reloj que fue propiedad de Manuel Belgrano fue robado del Museo Histórico Nacional. La banda formada por varios miembros de la familia Baldo, cayó después de varios golpes a museos, pero el reloj de Belgrano nunca apareció.
  • DICIEMBRE 2000: Robaron del Museo Histórico Nacional una tabaquera de oro que perteneció a San Martín, tras forzar una vitrina con pequeños objetos.
  • En Septiembre de 1978: 108 piezas de plata y oro -unos 300 kilos de metales nobles- fueron robados del Museo Gauchesco de Buenos Aires, en San Antonio de Areco. Los objetos pertenecían mayoritariamente acolecciones dela familia Güiraldes.

Historias con final feliz: o algunas obras que se recuperaron.

En 2012, Interpol recuperó 19 obras de artistas como Benito Quinquela Martín, Marta Minujín, Raúl Soldi y Raquel Forner, que habían sido robados en una casa del barrio porteño de Villa del Parque. Cada uno de esos originales está valuado entre 15.000 y 300.000 dólares y fueron detectados en un depósito de las galerías Zurbarán.

En 2009 se robaron 84 obras de grandes artistas argentinos que formaban parte de un museo privado en Pular. Se recuperaron 77 cuadros valuados en 4.000.000 de dólares.

¿cómo proteger las obras? En Interpol recomiendan a los propietarios de objetos de arte llevar a cabo un inventario en el que se especifiquen todos los detalles y medidas de la obra. Lo ideal es que el inventario cuente con fotos.  Claro, que antes bien, sería mejor prevenir los hurtos con las medidas adecuadas de seguridad.

Para mayor información:
Dirección Nacional de Patrimonio y Museos. Alsina 1169 (1311) Ciudad de Buenos Aires, Argentina
Teléfono: + (54 11) 4381-6656/5618 interno 116, [email protected], www.cultura.gov.arSi tiene dudas sobre la procedencia de un bien, puede consultar al Departamento INTERPOL Argentina, Cavia 3350, 43465752/5751, [email protected]www.interpol.gov.ar.

 

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