Es de dominio público que la relación entre el intendente de Dolores, Camilo Etchevarren, y su par de Castelli, Francisco Echarren, es algo más que tensa.
Los mandatarios no sólo tienen distintas identidades políticas sino que suelen cruzarse por distintos temas de actualidad: las inundaciones, las obras, la salud, la política nacional, la pandemia por coronavirus, etc.
Quizás el cuestionamiento más severo, que incluso llegó a los medios nacionales, se produjo en junio último cuando Echarren no pudo ingresar a Dolores para llevarle leche a su segundo hijo que horas antes había nacido en un sanatorio privado dolorense y acusó de su colega de impedirle el acceso a la ciudad.
Tras ello, se produjeron otros “cortocircuitos” entre ambos alcaldes, aunque no del tenor del expuesto.
Pero la calma podría perturbarse nuevamente luego que Etchevarren anunciara su intención de continuar insistiendo con la construcción de una cárcel en la localidad de Sevigné, perteneciente al partido de Dolores y ubicada a 14 kilómetros de la ciudad cabecera del distrito y a tan sólo 15 de Castelli.
Efectivamente, esta tarde el jefe comunal de Dolores anunció que “ante la intención anunciada por el Gobierno Nacional de construir cárceles, hoy me comuniqué con el Ministro de Justicia Julio Alak y le ofrecí las 55 hectáreas que están frente a Sevigné”
“Es una idea que hace tiempo, venimos pensando y presentado ante distintas autoridades” -agregó-
Finalmente subrayó: “De concretarse este proyecto tan importante, se generarían muchas fuentes de trabajo para Dolores”
Este anuncio del mandamás dolorense encendió las luces de alerta en su par de Castelli, quien en el año 2016, cuándo su colega vecino inició las gestiones para tal emprendimiento, ante las entonces autoridades del Gobierno de María Eugenia Vidal, expresó su preocupación por la cercanía con la localidad de Sevigné.
En esa ocasión, Echarren había expresado “Estoy muy preocupado por Castelli y también por Dolores. Me entere que van a construir una nueva cárcel en Sevigné. Está más que probado, según innumerables estudios sociales, que donde se instala una cárcel se modifica el entorno social y Sevigné nos queda demasiado cerca. Quiero que Castelli siga siendo tranquilo por siempre…esto, claramente, es un problema. Mejor poner fábricas si es por trabajo…nuestros hijos y nietos merecen que los cuidemos…pero de verdad!!!”
Por entonces, Echarren había afirmado que haría todo lo que esté a su alcance para impedir la construcción de tal cárcel en Sevigné, porque le preocupaba la gente de tal lugar como la de Dolores y de Castelli, señalando que de ser necesario se presentaría a la Justicia por cuanto estimaba que el lugar elegido para su construcción no responde a los estándares de seguridad que debe ofrecer un complejo de tales características.
Finalmente y al no concretarse tal proyecto el tema parecía archivado, pero sin embargo y ante la nueva insistencia de Etchevarren, es factible que su par castellense se exprese al respecto expresando nuevamente su negativa al mismo por los argumentos expuestos hace 4 años y en esta ocasión con un gobierno provincial y nacional del mismo signo político rápidamente inicie las gestiones para impedirlo.
