Autopartes: ¿Que trámite quiere eliminar el Gobierno y cuál sería su consecuencia?

Denisse Helman

En una reciente entrevista con Radio Mitre, el Ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, se convirtió en el centro de atención tras realizar varios comentarios que han provocado un intenso debate en el mundo automotriz de Argentina. Entre los temas abordados, Sturzenegger mencionó la licencia de conducir sin vencimiento, la digitalización de los Registros del Automotor, y la ampliación de autopartes que se pueden recuperar de vehículos dados de baja.

La ampliación de autopartes recuperables y la polémica sobre el CHAS

Uno de los puntos más controversiales de la entrevista fue la decisión de ampliar de 30 a 142 las autopartes habilitadas para volver al mercado legal a través de desarmaderos registrados. Sturzenegger explicó que esta medida no solo tiene el potencial de reducir los costos de las pólizas de seguros, al aumentar la oferta de repuestos, sino que también podría ayudar a disminuir los robos de automóviles.

En este contexto, el Ministro introdujo un nuevo término, “Mal del CHAS”, para describir lo que él considera como un problema sistémico en la homologación de autopartes en Argentina. El CHAS (Certificado de Homologación de Autopartes de Seguridad) es un requisito impuesto por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) para asegurar que las autopartes cumplan con los estándares de seguridad necesarios.

Según Sturzenegger, el proceso de homologación es “carísimo y casi imposible”, lo que dificulta la importación de autopartes y, como consecuencia, encarece los repuestos disponibles en el mercado. Esta situación, afirmó, contribuye a aumentar el costo de los seguros y a incentivar el robo de vehículos.

La respuesta de AFAC: defensa y críticas al sistema de CHAS

Las declaraciones del Ministro generaron una respuesta inmediata por parte de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC), que emitió un comunicado aclarando ciertos puntos. AFAC sostuvo que el CHAS no abarca todas las autopartes, sino que se aplica únicamente a aquellas destinadas al mercado de reposición, conforme a la Ley Nacional de Tránsito Nº 24.449.

En su comunicado, AFAC admitió que la certificación de autopartes incrementa los costos en comparación con piezas de baja calidad, pero defendió esta práctica como esencial para la seguridad. “Lo barato, en estos casos, sale muy caro”, argumentó la asociación.

INTI y la postura de los expertos: el CHAS bajo la lupa

Desde el INTI y otros sectores, surgieron voces que se alinearon parcialmente con Sturzenegger, pero con matices. Fuentes cercanas al proceso de homologación destacaron que, si bien el CHAS podría beneficiarse de mejoras y agilización, su eliminación podría tener consecuencias graves para la seguridad vial, especialmente en el caso de las motocicletas, donde los estándares de calidad son críticos.

Un especialista consultado señaló que, de eliminarse el CHAS, podría abrirse la puerta a la importación de piezas defectuosas, lo que podría resultar en un aumento de accidentes debido a fallas de componentes esenciales como los neumáticos.

Las críticas y posibles soluciones al “mal del CHAS”

Por otro lado, algunos expertos argumentan que el CHAS, en su forma actual, presenta inconsistencias que requieren revisión. Por ejemplo, mientras que el techo de un vehículo necesita certificación CHAS, las puertas, que son cruciales para la protección de los ocupantes, no la requieren. Asimismo, se mencionó la falta de regulación sobre la rectificación de discos de freno, un procedimiento común en talleres locales que no está sujeto a homologación.

A pesar de las críticas, la Secretaría de Industria y Comercio sugirió que el CHAS ha degenerado en una barrera para-arancelaria, que obstaculiza el comercio en lugar de garantizar la seguridad. Propusieron, en lugar de eliminar la homologación, mejorar los controles y agilizar los procesos para evitar la burocracia sin sacrificar la seguridad de los consumidores.

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