En las últimas horas, se reportó un intento de robo del cadáver de un bebé en el cementerio de la ciudad bonaerense de Miramar, en una serie de eventos perturbadores similares que han ocurrido en la región.
Personal de vigilancia del cementerio de Miramar detectó a través de las cámaras de seguridad a un individuo ingresando al lugar.
Al llegar a la zona donde descansan los restos de niños y niñas, este individuo comenzó a cavar con sus propias manos en una área donde se había realizado un entierro recientemente.
Juan Mastrángelo, un periodista local, informó en sus redes sociales: “Lo corrieron y se escapó para la zona del vivero. No pudo llevarse nada”. Según los informes, el intruso tenía la intención de profanar la tumba de un bebé que había fallecido hace “muy pocos días”.
Este no es el primer incidente de este tipo en la zona.
El más reciente se remonta a 2019, cuando una madre que visitaba la tumba de su bebé, Ciro Lescano, de cuatro meses, notó tierra removida junto a un chupete y dos cartas que habían sido dejadas dentro del ataúd, a pocos metros de donde creía que descansaba el cadáver de su hijo. Otros dos casos similares ocurrieron en el cementerio de la localidad vecina de Otamendi en 2017.
En respuesta a estos perturbadores incidentes, se instalaron 16 cámaras de seguridad en los últimos años. Sin embargo, las familias afectadas argumentan que estas medidas no son suficientes para proteger adecuadamente la zona.
La noticia ha generado una ola de indignación en las redes sociales, con muchos usuarios expresando su enojo y exigiendo una mayor seguridad en el cementerio.
Algunos han planteado la preocupación de que estas acciones puedan estar relacionadas con redes que utilizan los cuerpos de bebés en rituales, y han pedido a las autoridades policiales y judiciales que actúen con rapidez para abordar estos casos inquietantes.
