Explicaron que pretenden que se utilicen aquellas que tienen mayor preeminencia lumínica que sonora, por los serios trastornos que ocasionan las detonaciones a personas con TGD, bebés, adultos mayores y mascotas.
Los bebes, las personas con autismo, los adultos mayores y las mascotas pueden sufrir con los estallidos de más de 100 decibeles.
Francisco Díaz