Sobre el caso es recordar, que el 24 de noviembre de 2014 durante un allanamiento practicado por personal de la Policía Federal en el local comercial denominado “La Zona”, se incautaron 45 envoltorios conteniendo clorhidrato de cocaína, con un peso total de 51 gramos. Y que en esas mismas circunstancias se constató que en el local trabajaban dos menores, de 16 y 17 años respectivamente.
Rubén Eduardo Polo fue imputado por “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, y aprovechamiento económico del trabajo infantil”, llegando la causa a juicio oral, en la que se concretaron los alegatos.
El Fiscal Diego Torres al formular la acusación cambió la calificación del hecho a “tenencia simple de estupefacientes”, sosteniendo la imputación de “aprovechamiento económico del trabajo infantil”, pidiendo se le imponga al procesado la pena de “tres años de prisión de efectivo cumplimiento”.
Por su parte el Dr. Héctor Zamora, defensor de Polo, criticó el procedimiento policial de allanamiento, con precisiones sobre la forma y el lugar donde se había incautado la droga. Y a raíz del testimonio de una persona que negó haber declarado bajo la figura de “identidad reservada”, pidió el procesamiento de los efectivos intervinientes en la investigación, solicitando el sobreseimiento de su defendido y que se le concediera la excarcelación en razón del tiempo de detención sufrido.
La Juez al resolver esta solicitud valoró que Polo llevaba detenido un año y once meses, parte de ello con el beneficio de prisión domiciliaria bajo el monitoreo de pulsera electrónica. Que atento el pedido de pena del Fiscal y por no tener el imputado antecedentes, la solicitud de excarcelación ordinaria se ajustaba a la ley, disponiendo en consecuencia la inmediata libertad de Rubén Polo, imponiéndole el cumplimiento de una serie de condiciones que estable el Código.
