Camila donó su pelo para niños con cáncer y motivó una ola solidaria

Ignacio Hernández

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Camila Schmidt Gassmann tiene 10 años y vive en la ciudad entrerriana de Crespo, un día decidió cortarse su largo cabello con un claro objetivo: donarlo para hacer pelucas destinadas a niños con cáncer que atraviesan un tratamiento de quimioterapia.

La decisión de Camila, teniendo en cuenta su corta edad, dio lugar a una conmovedora reacción en cadena. Primero contagió con la iniciativa a todas las mujeres de su familia. Más tarde, en el lapso de un mes 54 mujeres de distintas edades se acercaron a la casa de la familia para donar mechones de pelo en apoyo a la iniciativa. Así, en un corto tiempo la acción de Camila alcanzó gran difusión y motivó nuevos gestos solidarios.

La familia viajó el pasado lunes a Gualeguaychú, para entregar el pelo donado por sus vecinos. “Pasó tan rápido todo, para la gente no era muy común esa visión de niño de Cami y empezaron a llamar, a ubicarnos. Primero fue una chica que lo tenía guardado de hacía poco, que no sabía qué hacer. Otros preguntando dónde llevarlo”, detalló la mamá de Camila.

Poco a poco y sin buscarlo, la familia se involucró en esta cruzada solidaria, aceptando las donaciones en su casa, para luego llevarlas personalmente a Gualeguaychú. En su casa reciben donaciones de pelo, champú, acondicionador, fijador suave, tinturas, alfileres de cabeza, cabezas de telgopor, hilo sedificado para coser jeans -elementos necesarios para elaborar pelucas-. “Me comuniqué con las chicas de la ONG Pelucas Solidarias, me autorizaron, empezamos a hacer carteles que dejamos en peluquerías y estamos colaborando con la organización”, afirmó.

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