Pese a que las barreras bajas y la alarma funcionando anunciaban la proximidad de la llegada de un tren, el conductor del vehículo decidió pasar y cuando estaba haciéndolo fue embestido por una formación de la empresa Ferrobaires proveniente de la estación Constitución, de la ciudad de Buenos Aires llevando unos 250 pasajeros a la ciudad costera de Mar del Plata.
El impacto destruyó la mitad del ómnibus de doble piso y el resto fue arrastrado unos pocos metros quedando casi intacto en tanto la locomotora y 3 vagones descarrilaron, quedando uno de estos incrustado con la locomotora y abierto al medio.
Varios metros más adelante se encontraban la locomotora y varios vagones, uno de ellos quedó abierto al medio al chocar con la locomotora y los otros dos vagones quedaron descarrilados a varios metros de las vías.
Testimonios de Bomberos, Enfermeros, Médicos y Socorristas que llegaron al lugar manifestaron que era un panorama “desgarrador”
Para el auxilio de los heridos, concurrieron bomberos y ambulancias de toda la región, habilitándose el Polideportivo Municipal de Dolores para hospedar a aquellas personas que habían sido dadas de alta del hospital de dicha ciudad.
Aquel suceso, por demás impactante, quedó grabado en la memoria colectiva como una de las catástrofes más impresionantes de la historia vial y ferroviaria del país. Se la conoció como la “Tragedia de Dolores”
Nunca quedó del todo claro por qué el ómnibus atravesó las vías, no atendiendo a las barreras bajas y con el tren circulando a pocos metros de distancia. Las penas para los responsables fueron leves, pero el dolor de decenas de familias persiste aún hoy. Como suele suceder con las tragedias. Aún más con aquellas que se pueden evitar.