La determinación adoptada responde a la necesidad de reducir los ruidos emitidos con las sirenas.
La sirena de las 22 horas se hacía sonar como recordatorio, para que toda la ciudadanía tomara los recaudos necesarios en sus hogares en lo que a seguridad se refiere.
Señalaron que como los tiempos y los hábitos han cambiado se consideró que ya no es necesario que se continúe con este ritual y por lo tanto la sirena se accionará únicamente cuando la condición de un siniestro lo amerite.
Francisco Díaz