Un arquitecto internado en Chile gastó 650.000 pesos en clínica y la familia pide repatriarlo

Francisco Díaz

La familia de un joven tucumano que lleva cuatro días internado en una clínica privada de la ciudad chilena de Viña del Mar tras sufrir un infarto, reclamó una cama en un hospital público de esa localidad o un avión sanitario para traerlo de regreso al país, dado que ya gastaron 650.000 pesos en su tratamiento y no tienen más recursos.

Se trata de Maximilano Conca, un arquitecto de 40 años que el domingo por la tarde sufrió un paro cardíaco mientras conducía un automóvil por las calles de Viña del Mar en la víspera de su regreso a San Miguel de Tucumán.

Su novia, que lo acompañaba en ese momento, pidió ayuda y consiguió que otro automovilista lo trasladara al Hospital Naval de Viña del Mar, donde le salvaron la vida. Sin embargo, ahora la familia debe afrontar fuertes gastos dado que el joven no había contratado un seguro de viajero.

“Estamos esperando que nos digan si lo pueden pasar de la unidad coronaria a una sala común y seguir pagando en el mismo hospital, o pasar a un hospital público, por gestiones que está haciendo el Consulado argentino”, dijo su hermana, Agustina Conca.

“Sabemos que hospitales públicos hay muy pocos y tienen prioridad los chilenos. No sabemos si es gratuito también para los extranjeros pero creo que Argentina tiene convenio”, agregó. No obstante, la mejor opción para la familia sería el traslado a Tucumán en un avión sanitario.

De todos modos, hasta ahora no lo pudieron conseguir porque “el avión del gobierno tucumano es de evacuación y no puede salir del país” y “el gobierno nacional no dispone de uno”. “El avión sanitario se puede usar desde y hasta Mendoza, pero tendríamos que trasladarlo a mi hermano por tierra desde Viña y él no puede cruzar la frontera en ese estado”, dijo.

Otra opción que están analizando es que las autoridades del hospital “por única vez y haciendo una excepción” le den un alta válida para viajar en un vuelo de línea directo a San Miguel de Tucumán, “pero no sabemos si lo querrán embarcar”.

“Uno dice son poquitos días, no va a pasar nada y, cuando pasa, te das cuenta la importancia del seguro. Mi hermano hace dos años había sufrido un infarto, pero las enfermedades cardíacas son así, estás re bien y de un día para otro, cambia”, admitió Agustina.

La mujer detalló que su hermana y su madre “están girando dinero todo el tiempo y ya no hay más plata. Encima nuestras tarjetas de crédito no funcionan allá porque sólo andan las nuevas, las que tienen chip en lugar de banda magnética”, contó.

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