El asesinato del Ayudante del Fiscal de PInamar, oriundo de Dolores, Atilio Canales, tuvo un alto impacto en las autoridades policiales de toda la provincia, no sólo por tratarse la víctima de un funcionario judicial sino por ser el último de una serie de crímenes en poco tiempo que se produjeron en la ciudad de Mar del Plata.
Los investigadores no descartan ninguna hipótesis y entre ellas se menciona una eventual venganza por la labor de Canales al frente de la Ayudantía Fiscal de General Madariaga.
Precisamente en las últimas semanas se conoció en un reciente informe pericial que el “suicidio” de Damián Sepúlveda en una comisaría de General Madariaga en enero del año 2013 no fue tal.
En ese expediente el Ayudante del Fiscal Canales se negó a dar crédito a la versión de la policía que aseguraba que Sepúlveda se había quitado la vida.
Canales estaba convencido de otra cosa.
Y esa otra cosa se confirmó hace pocas semanas, cuando un grupo de peritos de la Gendarmería Nacional estableció que a Sepúlveda lo torturaron y lo ahorcaron dentro de la comisaría.
El alcance de esta conclusión forense se desconoce, pero afectaría a personal policial.
Esa situación está siendo investigada por el fiscal Amavet de Mar del Plata que tiene a su cargo el caso de Canales, cuyos restos son inhumados en la tarde de este jueves en su ciudad natal (Dolores)
El intento de robo es la otra línea de trabajo en la que se focalizó el fiscal interviniente
No obstante lo que genera sospechas al Fiscal Amavert y debilita la hipótesis del robo es que sólo hubo un disparo, cuando en un asalto se precipita el uso de un arma es altamente probable que se registren varios disparos.